Cuando supe que gracias a la Agrupación Medeas el Teatro Pan y Arte ubicado en Avenida Boedo al 880 en Buenos Aires presentaría un ciclo de obras cortas escritas y dirigidas por mujeres me emocioné muchísimo.
Y es que gracias a estos espacios talentos femeninos pueden dar a conocer y expander sus proyectos, muchos de ellos presentados en otras partes del mundo y premiados como es el caso de la obra “ Blue Blue” de la dramaturga Ivania Cox, dirigida por Mariela Rozman e interpretada por Claudia Zima. ¿Pero, que fue lo que ocurrió durante el Festival Medeas? Concurrió un público que esperó impaciente al Colectivo Berthas para ver “Los fetos también van al paraíso”, “Esther” escrita y dirigida por Merceditas Elordi con Patricia Tiscornia y León Bara, “Acuerpar lapalabra” de Clodet García, “Caprichosa” de la dramaturga Florencia Aroldi, bajo la dirección de Tatiana Santana con Laura Piersanti, Soledad Rodríguez y Eugenia Ruíz y “Esa niña” escrita y dirigida por María Lucía Quarleri con Maia Lancioni.
¿Pero quién fundó Medeas? Este gran acierto se lo debemos a la actriz, docente y directora, Zaida Mazzitelli quien lo creó con el único fin de colaborar en achicar la brecha de género que todavía existe en los espectáculos teatrales. Más tarde se suma Gimena Racconto Giunta (Actriz, docente, dramaturga y directora) junto a Pan y Arte Teatro que preside Liliana Moreno. Quiero dejar claro que durante este día también pude admirar la muestra de la Ilustradora argentina Aymará Mont: Una colección que mostraba varias imágenes entre las que abundaban temas como la ley a favor del aborto, poder femenino y otras en las que nos dejaba pensando acerca de que debemos estar conformes con nuestro cuerpo sin importar lo que dicta la sociedad.
Me fui muy feliz después de haber sido parte de un encuentro hecho gracias a mujeres fuertes e inteligentes que no se rindieron, que no se dieron por vencidas y siguen luchando contra un sistema machista que no les permite mostrar su arte. El Festival Medeas es un éxito, no sólo por sus creadoras, dramaturgas o actrices, si no por transformarlo en un movimiento femenino que espero siga creciendo. Por último quisiera concluir citando a la escritora argentina Alejandra Pizarnik: “Soy mujer. Y un entrañable calor me abriga cuando el mundo me golpea. Es el calor de las otras mujeres, de aquellas que no conocí, pero que forjaron un suelo común, de aquellas que amé aunque no me amaron, de aquellas que hicieron de la vida este rincón sensible, luchador, de piel suave y tierno corazón guerrero”.
