Más allá de los errores arbitrales que tuvieron injerencia en el resultado holgado, el Millonario fue ampliamente superior y se impuso 4-1 sobre San Martín, de San Juan. Así dejó atrás una racha de cuatro empates consecutivos en la Superliga.
Los errores de Germán Delfino y sus asistentes (Lucas Germanotta no vio que la pelota se fue en la acción del primer gol y Diego Romero tampoco ayudó en la sanción del penal mal sancionado) opacaron una muy buena actuación de River. Es que inevitablemente el análisis mediático pasará por recalcar las jugadas que intervinieron en tres de los cuatro tantos locales. Aclarado eso, el Millonario justificó el triunfo porque manejó el partido, fue contundente en ataque y mostró momentos de muy buen fútbol que se reflejó con un 4-1 para sepultar la racha de cuatro empates al hilo, tres de ellos sin vulnerar los arcos rivales.
Con un mix entre titulares y suplentes, Marcelo Gallardo dispuso un 4-3-3 bastante flexible. La idea permitió que el equipo abriera la cancha para generar espacios y estirar a San Martín, que presentó un 4-4-2 dispuesto a cerrarle los caminos a River. Pero Ignacio Fernández, Rodrigo Mora, Lucas Pratto y Camilo Mayada se encargaron de romper la resistencia con pequeñas sociedades, desbordes y apariciones con decisión al área rival. Supieron manejar los espacios para avanzar por afuera y aprovechar los huecos internos.
Pese a que el balón se fue varios centímetros en la acción de la apertura del marcador, la combinación entre Pratto y Mora fue un lujo. El Oso descargó de gran manera para el uruguayo, quien devolvió para que Pratto se escapara y lo asistiera en el desborde. La segunda conquista fue a pura inteligencia de Mayada para definir debajo del arco. Esa diferencia sirvió para que River pudiera encarar la segunda parte con la tranquilidad necesaria para emplear diferentes variantes en la búsqueda del tercer tanto.
Gracias a una corrida de Mora mezclando velocidad, insistencia y la ayuda de la mano derecha para llevarse la pelota, River amplió la distancia a los cuatro minutos del complemento. Enseguida llegó el descuento visitante a través de un cabezazo de Facundo Erpen, tras un tiro de esquina ejecutado por Nazareno Solís. Las acciones a balón detenido fueron un problema durante toda la tarde y hasta obligaron que Franco Armani impidiera que el conjunto sanjuanino se pusiera a tiro del empate.
Sin embargo, River tuvo la eficacia necesaria para lastimar en el área de enfrente. Un penal mal sancionado por presunta falta de Luis Ardente sobre el ingresado Rafael Borré le dio el 4-1 a otro ingresado, Gonzalo Martínez. Con apenas siete remates, El Más Grande marcó cuatro tantos. La contundencia resultó fundamental para simplificar un encuentro que sirvió para obtener el primer triunfo en la Superliga y alimentar la confianza de cara a los partidos contra Independiente y Boca.
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