Primero el condón, luego la píldora y ahora las apps: Natural Cycles, una aplicación de smartphone para medir la fertilidad se convirtió en el primer anticonceptivo digital en obtener la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés) —la agencia del gobierno de EU responsable de la regulación de fármacos y aparatos médicos, entre otros— para su comercialización.
La FDA dio su aprobación con base en datos de Natural Cycles relacionados con 15 mil 570 mujeres que utilizaron la aplicación durante ocho meses.
La app es similar a otras que dan seguimiento a los períodos menstruales que ya están disponibles, la mayoría de las cuales tienen como objetivo ayudar a las mujeres a concebir, pero el hecho de que la FDA la haya aprobado significa que puede ser comercializada como un anticonceptivo móvil, lo que le da una ventaja en el mercado de aplicaciones médicas que se pronostica crecerá a 11 mil 200 millones de dólares para 2025 de los mil 400 millones de dólares que registró en 2016, según BIS Research.
Método del ritmo
Mediante la
app, que además utiliza un termómetro, las mujeres se toman la temperatura y siguen la trayectoria de su ciclo menstrual. La
apputiliza un algoritmo para determinar cuándo son fértiles y deben abstenerse de tener relaciones sexuales sin protección o protegerse. De hecho, es una forma del método del ritmo y del calendario.
En su página de bienvenida la
appadvierte que ningún método anticonceptivo es ciento por ciento seguro para evitar embarazos, pero “Natural Cycles es eficaz en 93 por ciento bajo un uso típico, lo que significa que siete de cada 100 mujeres quedan embarazadas durante un año de uso. Si se usa la aplicación a la perfección, es decir, si nunca se tienen relaciones sexuales sin protección en los días rojos, Natural Cycles tiene una eficiencia de 99 por ciento, lo que significa que una de cada 100 mujeres queda embarazada durante un año de uso”.
Fundada originalmente en Suiza asegura se destaca que ésta es efectiva y permite a las mujeres evitar los efectos secundarios de otros métodos, como las píldoras de control de la natalidad; sin embargo, los reportes de embarazos no deseados y las investigaciones de las autoridades de algunos países del viejo continente, donde recibió la certificación de la Unión Europea en 2017, han generado interrogantes acerca de la comercialización como anticonceptivo de lo que en esencia es un monitor de salud.
Natural Cycles se enorgullece de sus más de 900 mil usuarias, en un crecimiento tan rápido que subraya los riesgos para los reguladores y las preocupaciones entre los profesionales de la salud.
“Las aplicaciones son enormemente populares y no hay nada inherentemente malo en usar la tecnología para respaldar nuestra salud”, dijo Bekki
Burbidge, subdirectora ejecutiva de la Asociación de Planeación Familiar, una organización británica de salud sexual. “Pero también son un área a la que le falta bastante regulación y puede ser difícil distinguir entre las aplicaciones buenas, basadas en la evidencia y la investigación de las malas”.
La comercialización de las aplicaciones de anticoncepción necesita ser extremadamente cuidadosa para asegurar que las mujeres comprendan exactamente qué están adquiriendo y cuáles son sus limitaciones, afirmó la Facultad de Atención Médica Sexual y Reproductiva de la Real Universidad de Obstetras y Ginecólogos en un comunicado.
Además de reducir la esperanza de vida, el alto consumo de azúcares también puede afectar la capacidad reproductiva de ésta y de futuras generaciones, sugiere un estudio encabezado por Juan Miranda Ríos, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM.
Según un comunicado de la universidad, el especialista revisó los efectos del alto consumo de azúcares en el organismo utilizando como modelo de estudio al gusano
Caenorhabditis elegans (C. elegans), que comparte 60 por ciento de sus genes con los del humano.
Esto permitió a Miranda Ríos y su equipo conformado por el estudiante Jonathan Alcántar Fernández, Rosa Navarro y Ana María Salazar, observar los efectos no solo en la generación que consume azúcares en altas cantidades, sino en sus descendientes, en los que encontró una reducción en la capacidad de reproducción de hasta 50 por ciento.
El estudio, publicado recientemente en la revista
PLoS ONE, ofrece la oportunidad de visualizar los efectos del alto consumo de azúcares en más de una generación.