En Eyes Wide Shut (1999), de Stanley Kubrick, una mujer (Nicole Kidman) revela a su marido que alguna vez sintió atracción por otro hombre. El esposo, con una herida suprema en el ego, sale a la calle en medio de la noche dispuesto a conseguir una aventura sexual a como dé lugar. Este deseo lo llevará a infiltrar una ceremonia de una sociedad secreta que resalta por lo sexual y en la cual nuestros símbolos, valores y hechos, existen a la inversa.
Este es el inicio que llevará al inseguro macho a perder todo. En una noche, pierde su masculinidad, pierde el orgullo basado en su clase social, pierde la seguridad emanada de sus logros y prestigio profesionales, pierde al fin su certidumbre como ser humano. Cual película de Hitchcock, el ilustre doctor William Harford(Tom Cruise) queda desnudo y solo, y llega a preguntarse, ¿qué importancia tienen nuestros valores morales y anecdóticos en un mundo cuyo orden desconocemos y cuya jerarquía no podemos alterar?
Ya que esta cinta fue la última de Kubrick,es muy fácil caer en la tentación de verla como su testamento. Es muy fácil caer en la tentación de decir que este filme presenta la visión panorámica de Kubrick, y que como el mismo Schopenhauer parece negarel sentido de la experiencia individual, ya que los valores y el conocimiento que articula nuestra diaria —y por eso histórica— existencia son arbitrarios, así como el producto de una manipulación por los que detentan realmente el poder.
Con los ojos bien abiertos, nuestra identidad, nuestras metas, nuestra certeza son sueños que equivalen a una basurita que se saca de los ojos con un pestañear.
Eyes Wide Shut se siente de Kubrick, el ritmo lento pero intrigante, la fotografía como un instrumento narrativo y a la vez de admirable precisión estética, el uso de la música tanto comouna puesta en escena de las emociones de los personajes como un puente por el cual fluye la acción, y en general una historia que nos revela las diversas dimensiones de nuestra existencia vista como un gran relato cultural (visual, musical, filosófico) que parece dar forma la subjetividad; es decir, cada uno de nosotros.
Cuando vea Eyes Wide Shut, recuerde que el punto es contemplar las dimensiones ilusorias de ese sueño que llamamos voluntad.