Los mercados en Asia y Europa se vieron afectados en este inicio de semana por el desplome de la moneda turca, que hace temer un riesgo de contagio en los mercados emergentes. Esto en medio de las presiones de la administración de Donald Trump a su par Recep Erdogan para que libere al pastor evangélico estadunidense Andrew Brunson, acusado de “espionaje y terrorismo”. Brunson está preso desde 2016 durante la ola de detenciones tras un fallido golpe de Estado contra Erdogan.
El jueves pasado Trump amenazó al gobierno de Turquía con “enormes sanciones” si no libera al clérigo, “un gran cristiano, hombre de familia y maravilloso ser humano”, escribió en Twitter.
El Banco Central de Turquía anunció ayer medidas para frenar la caída de la lira, mientras Erdogan volvió a atacar a EU, su socio en la alianza militar atlántica OTAN, en medio de una escalada comercial y diplomática.
La caída de la lira este lunes profundiza según expertos el “camino descendente” iniciado el viernes, cuando la moneda —que llevaba meses depreciándose— se derrumbó más de 20 por ciento con el anuncio de nuevos aranceles de EU a partir de ayer a las importaciones de acero procedentes de Turquía. También se vieron afectados los mercados de bonos y de acciones.
Al respecto, Argentina anunció medidas para evitar que las turbulencias en Turquía afecten su economía, como también se teme en diversos países emergentes, y elevó la tasa de interés de 40 a 45 por ciento, además de suspender la venta diaria de dólares conseguidos en junio pasado tras el acuerdo multimillonario logrado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Según el semanario francés L’Obs, en medio de “fuertes declaraciones, sanciones, amenazas de represalias, seguidas de la duplicación de las tarifas aduanales de Estados Unidos sobre el acero y el aluminio turcos, el ping-pong Ankara-Washington fue creciendo en los últimos días”. Esto llevó el domingo a Erdogan “a acusar un complot político contra Turquía”, frente al cual, dijo, “responderá buscando nuevos mercados y aliados”.
“El objetivo de la operación es obtener la rendición de Turquía en todos los ámbitos, desde las finanzas hasta la política, (pero) con la ayuda de Dios nos sobrepondremos”, declaró Erdogan ante sus seguidores reunidos en Trebizonda, sobre el mar Negro.
Destaca también L’Obs que, a cambio —en todo caso— del pastor Andrew Brunson, quien desde finales de julio fue puesto en prisión domiciliara luego de un año y medio de detención, “Turquía reclama la extradición de Fethullah Gülen, el predicador turco establecido en Estados Unidos desde hace casi dos décadas y sospechoso para Ankara de ser el arquitecto de la fallida asonada contra Erdogan en julio de 2016”.
Además, afirma L’Obs, Turquía no deja de reprochar a Washington su apoyo en Siria a las milicias kurdas (YPG), una escisión del opositor Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK), considerado “terrorista” por Turquía y también por la Casa Blanca. Según el economista Mustafa Sonmez, el presidente Erdogan quiere utilizar las tensiones políticas con EU para “esconder el frágil estado de la economía”, haciéndolo pasar como “resultado de un ataque económico contra el país”. Pero, añadió, “eso no es verdad, la crisis es producto del propio gobierno”.