Andan como gallinas descabezadas, decía una mujer de rancho cuando veía a alguien corriendo sin rumbo fijo o caminando sin sentido, al hacer referencia al comportamiento del ave luego de que le cortan la cabeza.
Así veo hoy a la nueva oposición, sin rumbo, desconcertada por el apabullante triunfo de Morena, sin un liderazgo fuerte que permita hacer un frente a quienes serán gobierno muy pronto, hoy, lo que algún tiempo fueron los grandes partidos PRI, PAN y PRD despertaron a una realidad en la que no se veían, pagando cara su ineficiencia con el desprecio de quienes antes votaban por ellos.
En el PAN el escenario es por decir lo menos vergonzoso. Hoy las tribus albiazules se pelean por el trozo de partido que quedó como segundo lugar en las preferencias electorales, pero muy lejos de tener un peso específico que le permita negociar algo, ni en sus peores momentos frente al PRI Acción Nacional se presentaba tan disminuido como hoy.
Dividido por la voracidad del grupo que llevó a Ricardo Anaya (si es que alguna vez lo hubo) hoy en el PAN, no ven un liderazgo capaz de reconstruir al partido que quedó sumido en las cenizas, vamos pues, andan como gallinas descabezadas, no hay quien convenza hoy para llevar las riendas del partido y las heridas hechas a los militantes menospreciados hoy cobran una factura muy cara.
En el PRI las cosas no son mejores, hoy el margen de maniobra se les está terminando, y tienen solo unos días antes de entregar la Presidencia para negociar, es el privilegio de ser quienes entregarán el ejecutivo. Hay algunos tricolores que aún se sienten empoderados por ser hoy la primera fuerza política, pero no tardan en despertar a la realidad, la triste realidad de pasar casi a formar parte de lo que en su momento nombraron peyorativamente la chiquillada.
Hoy el PRI tiene frente así una realidad impensable hace 6 años, cuando recuperó la confianza de los mexicanos quienes vieron en el tricolor la gran oportunidad para aleccionar al PAN, tras 12 años de lo que se consideraron malos gobiernos. Así las cosas, a pulso se ganaron el desprecio de los mexicanos, así ambos partidos no supieron leer las expectativas de quienes votaron por ellos y en las urnas les pagaron con la misma moneda.
Al igual que el PAN el PRI hoy no tiene un liderazgo fuerte, sobre todo que no tenga “cola que le pisen” y que además sea factor de unidad, hoy al igual que su otrora archirival anda como gallina descabezada.
¿Y el PRD? También recibió su castigo, tal vez por la soberbia de haber apenas alcanzado la oportunidad de ser la segunda fuerza política, que en su momento fue arrastrada por López Obrador en su intento por llegar a donde hoy lo hace pero con su propio partido.
Veo un panorama difícil donde el gran riesgo es el totalitarismo, pues hoy parece más factible que esa chiquillada va a terminar abandonando el barco de las alianzas que conformaron con PRI y PAN para rendirse al canto de la sirena del lopezobradorismo.
miguel.puertolas@milenio.com