En caída libre está la carrera de Andy Murray, quien estuvo fuera de competencias casi un año debido a una lesión de cadera (requirió cirugía) sin embrago, no ha podido levantar. Volvió a la actividad este 2018 en el torneo de Queen’s, pero quedó eliminado, lo mismo sucedió ayer en el Masters 1000 de Cincinnati. Su último buen recuerdo fue en 2016 cuando ganó Wimbledon (su último Grand Slam) y la medalla de oro en Río; de ocho partidos tiene cuatro victorias y misma cantidad de derrotas en lo que va del año. Lo preocupante es que no se le ve bien de su cadera.
No se debe seguir jugando en la cancha del estadio Azteca. El pasto híbrido no ha terminado de aclimatarse; la lluvia, el poco tiempo que tuvieron para instalarlo y que el periodo de adaptación fue menor al requerido, han sido factores importantes. ¿Por qué no lo planearon mejor? Por qué prefirieron darle prioridad a un cierre de campaña que impidió que los trabajos se hicieran con tiempo y ahora las consecuencias son terribles. La cancha necesita descansar para que esté lista. América y Cruz Azul deberían jugar unas semanas en otro lugar.
Apenas está comenzando la temporada futbolística y Leo Messi ya tiene un récord más en su abultada carrera; es el jugador del FC Barcelona que más títulos ha conquistado con la institución: 33 (nueve Ligas, cuatro Champions, seis Copas del Rey, ocho Supercopas de España, tres de Europa y tres Mundiales de Clubes). Parece fácil porque el argentino nos ha hecho creer que es sencillo, pero no lo es. Equipos a lo largo de su historia no han ganado lo que él ha hecho. Qué afortunados a quienes nos ha tocado vivir su etapa.
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