Nuevo capítulo en los conflictos laborales que afronta Ryanair este verano. Tras las huelgas del 25 y 26 de julio de los tripulantes de cabina, la aerolínea irlandesa de bajo coste enfrenta este viernes la mayor huelga de pilotos de su historia, con un parón simultáneo de los trabajadores de Irlanda, Suecia, Bélgica y Alemania. Los sindicatos exigen a la multinacional avanzar en las negociaciones que mantienen desde principios de este año sobre salarios y condiciones laborales. La compañía dirigida por Michael O'Leary considera las movilizaciones, que afectarán previsiblemente a unos 67.000 pasajeros, son "innecesarias" e "injustas".
Tras la convocatoria de la huelga, la aerolínea low cost ha cancelado un total de 396 vuelos de los 2.400 programados para este viernes, 10 de agosto, el 16% de los que prevé operar en toda su red europea. En concreto, ha suspendido 104 vuelos desde y hacia Bélgica, 22 en Suecia, 20 en Irlanda y 250 en Alemania. Fuentes de la aerolínea rechazan especificar qué vuelos con origen o destino a España se verán afectados por las anulaciones. La compañía asegura que todas las personas afectadas por las cancelaciones "serán reubicadas en vuelos alternativos o se les reembolsará el dinero de su billete".
Las cancelaciones de vuelos sustentan otro frente de batalla contra la empresa: la de los pasajeros afectados por estas anulaciones y a los que la multionacional se niega a indemnizar. Ryanair defiende que "la cancelación de estos vuelos se debe a circunstancias extraordinarias, por lo que esta compensación no es aplicable", algo que no comparten las organizaciones de consumidores.
La OCU ha anunciado este jueves acciones legales contra la compañía, ya que considera que las huelgas "no pueden considerarse causa extraordinaria, ya que su gestación es de dominio público y, por tanto, la compañía debería haber tomado las medidas necesarias para paliar las previsibles molestias a los viajeros".
El parón de este viernes está secundado por la Asociación Sueca de Pilotos (SPF), los pilotos afiliados a la federación sindical belga (CNE), el sindicato alemán Vereinigung Cockpit (VC) y la Asociación de Pilotos Irlandeses de Aerolíneas (Ialpa). Los pilotos irlandeses mantienen una presión continuada contra la compañía: esta huelga será la quinta en este país desde el 12 de julio.
Los sindicatos denuncian que Ryanair no ha mejorado significativamente sus condiciones laborales y salariales desde que anunció el pasado diciembre que, por primera vez en sus 32 años de existencia, reconocería a sus representantes independientes.
En España, el Sindicato Español de Pilotos, SEPLA, presentó a principios de mes una demanda a Ryanair ante la Audiencia Nacional por irregularidad en los contratos de los pilotos que tienen base en España. La organización critica "la negativa de Ryanair a reconocer a SEPLA y de aplicar la legislación laboral española de sus pilotos que operan en España".
Para la compañía, detrás de las huelgas está "un diminuto grupo de pilotos" de la rival irlandesa Aer Lingus, parte del grupo hispano-británico IAG, que "trabaja ahora con otros sindicatos de pilotos en toda Europa" para organizar protestas, según ha asegurado Kenny Jacobs, el director de mercadotécnica de Ryanair.
Además de advertir de que no cederá ante las demandas de los trabajadores, que consideran que ponen en riesgo su modelo de negocio, Ryanair ha respondido con una posible reducción de puestos de trabajo. La aerolínea ha anunciado que podría reducir su calendario de vuelos en inverno y su flota de aviones, con la posible pérdida de cientos de empleos.
En concreto, Ryanair presentó el pasado mes un plan encaminado a reducir un 20%, de 30 a 24 aviones, su flota en Irlanda a partir de octubre, con la posible supresión de más de 300 puestos de trabajo.