Conocí a la Maestra Elba Esther en el año de 2002 cuando ingresé a trabajar al programa nacional de carrera magisterial. Ocupé en aquel entonces la subdirección de operación y control del programa nacional que tenía como objetivo entre otros, que los maestros adquirieran conocimientos y aprendizajes educativos, además del reconocimiento escalafonario a su desempeño. De la evaluación en aquellos tiempos se hablaba poco. Mi trato con sus dirigentes fue marginal.
Sin embargo, mi curiosidad por la figura del SNTE cobró mayor relevancia cuando realicé estudios de doctorado y la línea de investigación que escogí fue al SNTE como grupo de presión y su influencia en la definición de la política pública educativa.
No es mi intención hacer referencia al sindicato, pero sí, una reflexión desde mi constructo teórico y empírico sobre la noticia más sonada el día de ayer en todos los medios y redes sociales, incluyendo memes. Me refiero a la libertad de la Maestra y su posible regreso.
¿Y porque habría regresar la Maestra Elba Esther?
Pues nunca se fue, la corrieron de mala manera a través de suprimirle todas sus libertades a través de su encarcelamiento con olor vengativo por el juego del poder. La Maestra tenía que estar en la cárcel a como diera lugar era la instrucción del grupo de Atlacomulco, el mismo que se dedicó a perseguirla por no coincidir con la Reforma educativa del presidente Peña.
Para ello la PGR se constituyó en el ente persecutor y anteayer tuvo que acatar la resolución de tribunales. La dependencia en un comunicado señala: “Sobre la resolución del Primer Tribunal Unitario en Materia Penal del Primer Circuito de la Ciudad de México, en relación a una exdirigente sindical, la Procuraduría General de la República (PGR) respeta la decisión del Poder Judicial de la Federación (PJF), aunque no la comparte”.
De este comunicado me pregunto: ¿Y Como habrían de compartir la resolución?, si en palabras de la ex ministra y futura secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero (que algo sabe de leyes), el proceso contra la maestra fue “endeble”, el mismo que duró casi 6 años donde por cierto la educación en este sexenio no mejoró.
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