Tras una semana de verbena finalizaron las fiestas de San Cayetano. Las fiestas que se desarrollaron en los aledaños de su Iglesia terminaron con la procesión de este Santo de origen italiano por las callejuelas del céntrico barrio.
La zona ya no tenía el movimiento efervescente de días anteriores y por una tarde las herencias del pasado se impusieron a la fiesta masiva que suele ser la protagonista de estas celebraciones. La procesión salió de la parroquia a las 19: 45 y como manda la tradición la iglesia se llenó de vecinos del barrio y algún turista despistado para «robar» las flores del Santo. El folclore dice que quien robe más flores a San Cayetano mientras está procesionando tendrá pan y trabajo. Ante esta suculenta oferta la gente que estaba a las puertas de la parroquia entró e hizo la cola para no quedarse sin sus flores antes de que volviera el patrón a su capilla. Carmen, vecina del barrio «de toda la vida»,como ella asegura, celebró el fin de fiestas llena de alegría. «Es una maravilla ver la zona llena de gente, siempre disfrutamos mucho la verbena». El último día parece ser el más especial para los vecinos de este distrito , «el barrio está cambiando mucho, las cosas ya no son lo que eran, pero da gusto ver que por un día se mantienen las tradiciones», comentó Juan, vecino de una calle cercana a la iglesia.
Los bares de la zona también tuvieron su pequeña celebración. Erik, trabaja como camarero en un bar que se encuentra a escasos metros de la Iglesia, punto neurálgico de la fiesta. «Cuando llega San Cayetano esto es un no parar, trabajamos mucho, pero hay muy buen ambiente».
Otro de los puntos de paso obligatorio el día de San Cayetano fue la Calle del Oso que se encontraba completamente engalanada con farolillos y mantones que iban de balcón a balcón. Los vecinos de esta vía organizaron el típico reparto de limonada, y la calle se llenó de gente con vasos llenos de esta refrescante bebida tan necesaria en una calurosa tarde de agosto.
Al caer la noche la fiesta volvió a ser la protagonista y, como no podía ser de otra manera, el callejón del Oso fue el lugar al que acudir. La calle se llenó en un abrir y cerrar de ojos y la música de Emy y compañía se encargó de invitar a bailar a los que estuvieron dispuestos. Así finalizó la primera de las tres verbenas que se realizan la primera quincena del mes en la capital.
San Cayetano terminó, pero también dio el pistoletazo de salida a las verbenas que van a seguir amenizando la zona del centro. San Lorenzo se convierte ahora en el protagonista, y el barrio de Lavapiés estará lleno de música y actividades desde el día ocho de agosto hasta el 12. Durante estos días habrá actividades para un público de todas las edades, se realizarán pasacalles, juegos infantiles y cuentacuentos además de contar con númerosos conciertos y espectáculos que recorreran todo Lavapiés.
Para terminar, de los días 12 al 15 de agosto se celebran las fiestas en honor a la Virgen de la Paloma en el barrio de La Latina que por unos días se llenará de casetas típicas de feria, de chotis y de chulapas.
Este mes de verano se hace más fácil gracias a estas típicas verbenas que aúnan tradición y modernidad y que dan la oportunidad a los ciudadanos de disfrutar en sus barrios.