El suicidio de una joven que había denunciado haber sido violada en la universidad conmocionó hoy a Sudáfrica -donde se reportan unas 40.000 violaciones al año- y puso de relevancia una vez más la necesidad de atajar la cultura de violencia contra las mujeres en el país.
La joven Khensani Maseko, de 23 años, fue recordada hoy por sus compañeros de la Universidad de Rhodes, en la provincia del Cabo Oriental (sureste), con una pequeña ceremonia y una marcha en su memoria.
Otras instituciones educativas, asociaciones civiles y representantes políticos también enviaron mensajes de condolencia y repulsa, mientras en las redes cientos de ciudadanos anónimos hacían lo mismo.
En nombre del Gobierno, la ministra de para Asuntos de Mujeres, Bathabile Dlamini, aseguró que la muerte de Maseko es otro "nefasto recordatorio de que el flagelo de la violencia de género es una úlcera supurante en el alma de la nación".
A finales de julio, la joven había denunciado que el pasado mayo había sido violada por un estudiante y, según fuentes de la familia consultadas por los medios locales, había estado luchando contra la depresión desde el incidente.
Maseko se suicidó el pasado viernes, pero la noticia, que desató una fuerte indignación en la opinión pública, no se dio a conocer hasta este lunes. La universidad ha anunciado que las investigaciones pertinentes están en marcha y que el presunto agresor se encuentra suspendido. Asimismo, ha lanzado una llamada a todos los estudiantes para que denuncien cualquier caso de este tipo.
El suceso puso de relevancia una vez más la gravedad del problema de la cultura de la violación y de la violencia machista en Sudáfrica. Según datos de la Policía, cada año en el país se denuncian unas 40.000 violaciones.
El organismo público de Estadísticas de Sudáfrica estima que 1,4 entre cada 1.000 mujeres sudafricanas ha sido violada alguna vez en su vida, lo que sitúa al país con una de las tasas de este tipo más altas del mundo.
Además, según datos de los medios locales, una mujer muere cada ocho horas en Sudáfrica por culpa de la violencia de género y, de acuerdo con estadísticas del Gobierno, una de cada cinco asegura haberla sufrido alguna vez en su vida (según un estudio publicado en 2017 con datos de 2016).
El suicidio de Maseko se conoció tan solo unos días después de que una gran campaña contra la violencia machista sacase a miles de mujeres a la calle en todo el país bajo la consigna "Total Shutdown" (Paro total).