Son casos mediáticos los que nos hacen reparar en el drama de los desaparecidos. O las fotografías pegadas en sitios públicos o difundidas en redes sociales por los familiares. Pero los episodios que trascienden, pocos, son la punta del iceberg de una realidad sobre la que los poderes públicos tomaron conciencia no hace tanto. El Congreso designó el 9 de marzo como el Día Nacional de las Personas Desaparecidas sin causa aparente. A rebufo de las recomendaciones del Consejo de Europa en 2009 llegó el sistema informático Personas Desaparecidas y Restos Humanos sin identificar (PDyRH), llamado a integrar toda la información disponible, se habilitó el teléfono 116000, un servicio de carácter gratuito gestionado por la Fundación ANAR, y se desarrollaron protocolos de actuación policial y social, de atención a menores y de alertas tempranas.
España, de la mano de nuestros vecinos europeos, se puso en marcha hasta concluir en 2017 con la creación del Centro Nacional de Desaparecidos y la publicación del primer Informe estadístico sobre la situación de las personas desaparecidas que ofreció una radiografía sobre el alcance del fenómeno y las actuaciones del Ministerio del Interior para corregirlo. Este esfuerzo ha tenido como consecuencia resultados positivos para muchas familias y también que el problema se visualizara y la sociedad lo sintiera como propio. Reconocer las adversidades es la primera condición para afrontarlas. Este país no podía ser ajeno a comportamientos que, aunque afectan con desigual incidencia, se dan en gentes de toda clase y condición, y que resultan especialmente dolorosos en el caso de los menores.
En el territorio nacional desaparecen 100 personas al día, de las que de cuatro nunca se volverá a saber nada. En este momento las fuerzas de seguridad mantienen activas las búsquedas de 6.053 personas, de las que 748 son casos anteriores a 2010 cuando se creó el PDyRH. De estos, 2.749 actuaciones tienen como objetivo a menores. Hay que tener presente que los agentes han resuelto ya más de 5.000 denuncias por niños en lo que va de año. En este caso, la mayor parte se debe a fugas (79,9%). Conviviremos con situaciones así por siempre. Lo importante es que estemos preparados para afrontarlas cada vez mejor.
