El conocimiento de las capacidades inherentes a cualquier sistema resulta un elemento fundamental para aprovechar sus capacidades. Saber cómo es que mejor funciona o cuáles son sus falencias, puede llegar a marcar la diferencia entre un gran triunfo o una debacle de proporciones épicas.
Ayer en la noche de Sochi, 11 hombres de cada lado saltaron a la cancha con la idea fija de «matar o morir» en nombre de su ADN futbolero. De un lado, España salía a hacer otra demostración de estética en el trato de la esférica. Al frente, se leía que Portugal apostaría a presionar arriba y hacer transiciones rápidas que les permitieran explotar la calidad de su mediocampo.
Salieron al césped del estadio Fisht todos con el guion aprendido al pie de la letra. Sin embargo, en el mismo se rompió la dramaturgia, con un choque dentro de área que el árbitro declaró como pena máxima a favor de los lusos. Su «capitán», Cristiano Ronaldo, ponía el primero desde los 12 pasos, y de inmediato se encomendaba junto a los suyos a proteger la integridad del arco.
Despojados de protagonismo durante la escena introductoria, los campeones mundiales de 2010 tomaron el timón y empujaron como solo ellos saben, a la vez que Portugal esperaba agazapada en busca de concretar un latigazo que les diera mayor ventaja.
Nada demasiado serio pasaba, hasta que Sergio Busquets se decidió por la elipsis, y en vez de tocar en corto, lanzó la Telstar hacia Diego Costa, quien sacó a bailar a los centrales portugueses y con un derechazo preciso puso equilibrio en la pizarra.
Al filo del medio tiempo, los reyes de Europa malvivían entre respiraciones intermitentes, cuando en el frente de ataque, de nuevo Cristiano, pegó un zurdazo inocente que David de Gea falló en contener. Volvía a haber desbalance.
De nuevo contra la corriente, la incertidumbre de siempre se iba metiendo en los corazones españoles, afectados además por el reciente despido del vasco Lopetegui. Pero bastó un sacudón para echar a andar otra vez, y encaminar la remontada. A los diez del complemento, Costa finalizaba un «obra de pizarra», y tres minutos más tarde Nacho —lateral derecho de ocasión— metía un punterazo desde el vértice de área que, cual mirada de Medusa, dejó de piedra a todos los defensores, tocó el palo izquierdo de Rui Patricio y se coló en su meta.
Desterrados los espectros de antaño, la película ibérica mantuvo el mismo ritmo. Muy apegados los dos elencos a su identidad, siguieron unos haciendo de encantadores y los otros de serpientes, dispuestos a morder ante la menor oportunidad. Y así fue que a dos de los 90 reglamentarios, el astro de Madeira despejó dudas en torno a su capacidad con la pelota quieta y borró por última vez la diferencia del luminoso.
Al final resultó que, como en la física, la sumatoria de todas las fuerzas dejó todo en cero. Espectáculo aparte, quedó claro que no importa el estilo si se sabe defender con personalidad.
Resultados del 15 de junio: Egipto 0-1 Uruguay (Giménez 89’); Marruecos 0-1 Irán (Bouhaddouz 90+5’PP); Portugal 3-3 España (C. Ronaldo 4’,44’, 88’ / Costa 24’,55’ y Nacho 58’)
Francia-Australia (6:00 a.m.): La tropa de Didier Deschamps saldrá a probar sus credenciales en Kazán. La victoria no debe ser problema, así que la expectativa está en ver la cara que muestran Les Bleus.
Argentina-Islandia (9:00 a.m.): Messi y compañía deberán salir como matemáticos a despejar el aluvión de dudas que han dejado en tiempos recientes. Al frente los nórdicos pudieran ser un escollo no tan fácil como parece.
Perú-Dinamarca (12:00 m): 36 años más tarde los altiplánicos buscarán ante los daneses una victoria que confirme su glorioso regreso a estas citas. Enfrentamiento más que parejo, en donde el trabajo sólido de los europeos en todas las líneas pudiera significar una ventaja frente a la potencia física sudamericana.
Croacia-Nigeria (3:00 p.m.): El match que cierra la jornada bien pudiera confundir a unos cuantos, pues si bien los croatas lucen como claros favoritos en el papel, las Águilas nigerianas tampoco carecen de recursos para atragantársele a cualquiera.