También hay comerciantes que ven en el mal tiempo una oportunidad para hacer negocio. Eso sí, cambiándolo. Hilario Alfaro, propietario de la boutique de ropa de mujer "Alfaro" explica que es necesario adaptar las prendas a la meteorología. "Nosotros retrasamos la llegada de una colección de verano y apostamos por plumas y chubasqueros", subraya. En los estantes de su tienda conviven vestidos sin manga con alguna chaqueta de punto y zapatos cerrados y deportivos. ¿Qué se necesita para poder hacer frente a este desafío para el pequeño comercio? "Ser rápidos y habilidosos", concluye Alfaro. "Está cambiando todo, pero en vez de quejarnos tenemos que adaptarnos. El invierno también fue caluroso y tardó en llegar", recuerda.
