Tres partidos en la final de la NBA y tres victorias de los Warriors de Golden State. Los ganadores del último anillo están a un triunfo de reeditar el título después de un partido en el que Cleveland compitió hasta el final, pero se terminó estrellando con la realidad. Un triple-doble de LeBron (33 puntos, 10 rebotes y 11 asistencias), el mejor partido de Kevin Love y J. R. Smith, la aportación de Hood desde el banquillo... Nada puede frenar a los Warriors que contaron con un gigantesco Kevin Durant (43 puntos, 13 rebotes y 7 asistencias) y supieron leer mucho mejor los minutos finales. Una victoria en la madrugada del sábado (03:00, Movistar +) dará a los de San Francisco su tercer anillo de campeones en cuatro temporadas.
La lectura de los Warriors de salida resultó sencilla: se trataba de sobrevivir al arreón de los Cavaliers. ¿Por qué? El plan de LeBron James incluía implicar a cuantos más compañeros mejor. Buscó a los dos más talentosos del quinteto, Smith y Love. Ambos respondieron. De los diez primeros puntos de los Cavs ninguno fue de James. Kevin Love fue el mejor de los suyos, Smith pareció olvidar su monumental despiste que llevó a la prórroga el primer partido y la intensidad hizo el resto para que los de Cleveland mandaran.
Kevin Durant fue el encargado de sujetar a los Warriors cuando nadie más aparecía entre los de San Francisco y eso que en el arranque pareció despistado. Pero luego se bastó y se sobró. Al descanso se fue con 24 puntos y 8 rebotes mientras la pareja Curry-Thompson era un lastre. Los dos “bajitos” se combinaron para un desastroso 3/15 en el tiro, pero los desperfectos, con todo, no fueron excesivos. Ni mucho menos. LeBron dio el susto con una torcedura en el tobillo derecho después de fallar un par de canastas fáciles por el cansancio. Volvió, pero estuvo moderado y por eso los Cavs al descanso sólo ganaban por seis, 58-52.
El tercer cuarto, ese en el que los Warriors acostumbran a convertirse en una apisonadora, cambió la dinámica. La defensa del equipo de Steve Kerr mejoró con McGee como ancla. A su aportación atrás, el pívot sumó también ataque.
Ese factor extra era lo que le faltaba a la exhibición de Durant. Con el alero desatado, los Warriors propinaron un parcial de 6-17 para empezar a mandar (74-79). Daba igual que Curry se fuera unos minutos al vestuario, que sólo hubiera anotado dos puntos en tres cuartos, su equipo ya mandaba, 81-83, antes del último periodo con un Durant imperial (34 puntos).
¿Quedaba por decidir qué pesaba más: la exhibición de Kevin Durant o el triple doble que amasaba LeBron James? Fue el alero de los Warriors, pero es que no estuvo solo. Curry, después de un pésimo día en el tiro (1/14), anotó cinco puntos consecutivos. Kerr apostó por el denominado Quinteto de la Muerte (Curry-Thompson-Durant-Iguodala-Green) por primera vez en la final. La reaparición de Iguodala -MVP en el título de 2015 y jugador con mejor balance de puntos a favor en las finales en toda la historia con +141- derivó en la aparición del equipo ante el que nadie ha encontrado un antídoto. Los Cavaliers tampoco. Y por si fuera poco quedaba un triple de Durant desde nueve metros en el último minuto cuando restaban sólo dos segundos de posesión. Demasiado una vez más para cualquiera.
102. Cleveland Cavaliers (29+29+23+21): Hill (5), Smith (13), James (33), Love (20) y Thompson (8) -quinteto titular- Hood (15), Green (3), Korver (0) y Nance (5).
110. Golden State Warriors (28+24+31+27): Curry (11), Thompson (10), Durant (43), Green (10) y McGee (10) -quinteto titular- Iguodala (8), Livingston (8), West (0), Young (0), Bell (10) y McCaw (0).
Incidencias: 20.562 espectadores en el Quickens Loans Arena. Sin eliminados. Técnicas a Green y Thompson. Tercer partido correspondiente a la final de la NBA. Golden State Warriors manda por 3-0.
