Después de un enigmático viaje con varias idas y vueltas transatlánticas, una carta de Cristóbal Colón de 1493, que narraba sus primeras experiencias en América y que desapareció hace más de una década, regresa finalmente a la península ibérica tras ser devuelta por EE.UU. al Gobierno español.
La improbable historia mezcla a investigadores criminales de EE.UU., profesores universitarios, un coleccionista privado que paga casi un millón de dólares por el documento, un museo que no sabe que le han robado una de sus joyas bibliográficas y, por supuesto, a Colón, que tampoco sabía que había llegado a América.
Todo comenzó en 2011, cuando la carta llevaba ya más de seis años fuera de la Biblioteca Nacional de Cataluña en Barcelona, y había sido comprada en al menos dos ocasiones.
Y concluyó casi un lustro después en Brasil, cuando un coleccionista privado tuvo que reconocer que la carta era una impostura y entregarla a las autoridades.
Entre medias, un complejo «puzzle» de pistas, ladrones sin rostro, más cartas falsas y preguntas sin claras respuestas.
«Recibimos una información de que varias cartas de Colón habían sido robadas de varias bibliotecas en Europa, entre ellas la de Barcelona», señaló Mark Olexa, agente especial de la oficina de Investigaciones de Seguridad Doméstica de EE.UU., a los periodistas en el acto de entrega formal en la residencia del embajador español en Washington.
Olexa apuntó que la institución barcelonesa desconocía que habían robado el original incunable de Colón, en el que narra a los Reyes Católicos, Fernando e Isabel, los sucesos acontecidos durante su primer viaje al continente americano.
Después de descubrir que dos cartas similares habían sido hurtadas y sustituidas por falsificaciones en bibliotecas de Florencia y el Vaticano, Olexa viajó a Barcelona junto con un profesor de la Universidad de Princeton para constatar sus sospechas de que la figuraba en bajo su custodia tampoco era la original.
El veredicto del experto fue tajante. Se trataba de una copia de gran calidad.
«Creemos que el robo ocurrió entre 2004 y 2005. La misiva entró luego en EE.UU. dos ocasiones: en noviembre de 2005 y en diciembre de 2009. Y en 2014, fue finalmente traspasada al último poseedor», explicó Jamie McCall, fiscal del distrito de Delaware, que junto con Alexa llevó a cabo las pesquisas.
Colón describe en este documento las experiencias vividas a partir del momento en que comienza la expedición desde Cabo de Palos, el día 3 de agosto de 1492, así como lo acontecido en los siete meses posteriores durante su búsqueda de las Indias.
Su narración, en la que siempre mantiene que ha llegado a las Indias Orientales, termina con su llegada a Lisboa el 4 de marzo de 1493.
El embajador español en Washington, Pedro Morenés, destacó que se trata «de un bien cultural de enorme valor histórico y documental, ya que únicamente se conservan 16 ejemplares de estas cartas-incunables repartidos en diversas bibliotecas de todo el mundo».
Las cartas fueron impresas en Roma por Stephan Plannck en 1493, y la entregada hoy formaba parte de las colecciones de la Biblioteca Nacional de Cataluña desde el año 1918.
Más de 500 años después de que volviera a cruzar el Atlántico hasta hacerse casi invisible, la carta de Barcelona resurge ahora a la luz y retorna de unas Américas que ya no son las Indias pensadas por Colón pero con sus noticias aún llenan de asombro.
Sobre los responsables del sofisticado hurto, no obstante, se mantiene la incógnita.
«No ha habido arrestos, por ahora», afirmó McCall con media sonrisa. «La investigación continúa». EFE