- No hubo sorpresas en el Parlamento. Como estaba previsto, el Gobierno del Movimiento 5 Estrellas (M5E) y la Liga, comandado por el jurista Giuseppe Conte, obtuvo ayer el respaldo en la Cámara de Diputados. Consiguió el apoyo de 350 diputados –cuatro más de los previstos– por los 236 que votaron en contra. Con la luz verde del Senado, que se pronunció el pasado martes, el Ejecutivo italiano ejerce ya en plenitud de funciones.
Lo que sí resultó una sorpresa fue el tono de Giuseppe Conte. Sereno, moderado e imperturbable, incluso a los ataques de la oposición, que le acusó de ser «una marioneta» de los líderes populistas. El primer ministro aseguró que «todas las iniciativas serán tomadas bajo la arquitectura constitucional» y que se sienten «cómodos» bajo la estructura supranacional actual. No sería mucho decir para cualquier Gobierno europeo, pero éste nace con los estigmas de ser euroescéptico y antisistema.
El propio Conte había asegurado el día anterior en el Senado que «si el populismo es la actitud de la clase dirigente de escuchar a la gente» y «antisistema significa querer introducir un nuevo sistema», podía estar orgulloso de ambos términos. Mientras, ayer en la Cámara Baja prometió «cooperar con los socios europeos».
«En materia económica queremos lanzar nuevas propuestas, pero siempre atentos a la deuda», proclamó el jefe del Ejecutivo. También aseguró que su país pretende mantener unas «relaciones óptimas con la OTAN», después de que el secretario general de la organización atlántica, Jens Stoltenberg, le recordara a Italia que aprecia la apertura al Gobierno de Rusia, pero «las sanciones económicas siguen siendo importantes».
Ni en materia de inmigración ni en la política educativa se trata de «desmontar todo lo que ha hecho el Gobierno precedente», dijo el primer ministro, pese a que el M5E y la Liga los han utilizado como grandes caballos de batalla. No obstante, el líder de la Liga, Matteo Salvini, que sale a polémica por día, anunció en una entrevista radiofónica que los inmigrantes no tendrán permiso para salir de los centros de identificación.
El propio Salvini criticó ayer a los inmigrantes que ponen en peligro la vida de sus hijos al cruzar al afirmar: «No metería nunca a mi hija en una barca que puede hundirse». El líder xenófobo respondió así a una pregunta sobre la desesperación de algunas personas que se embarcan para escapar de la situación de sus países, en una entrevista en el programa «Radio anchio» de la emisora pública Rai, informa Efe. «El drama es que viajan en lanchas ya deshinchadas o en barcas de madera en pésimas condiciones sabiendo que se van a hundir y esperando que alguna ONG les recupere a tiempo y si no pues llega la masacre», aseveró. «Me pregunto cómo un padre o una madre pueden poner en riesgo la vida de su hijo esperando que funcione el sistema», añadió.