Desde que el pasado 17 de febrero saltaba la noticia de Josep Santacana le pedía el divorcio de forma repentina a Arantxa Sánchez Vicario, esta no ha dejado de copar titulares. Aunque la noticia ha trascendido este año, la pareja llevaba un par de años haciendo vidas separadas en Miami. No fue hasta que Santacana se decidió a interponer una demanda de divorcio cuando los medios se hicieron eco de la noticia.
A principios de marzo se supo que el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Esplugues de Llobregat, admitió a trámite la demanda de divorcio presentada por el empresario contra su esposa, «Este Juzgado, por ser el de la nacionalidad común de las partes, tiene competencia judicial internacional para el divorcio y para el régimen económico matrimonial y está en mejor posición para valorar todas las circunstancias que rodean este caso y aplicar los capítulos matrimoniales sujetos al derecho catalán y declarar su validez, dado que el entorno de la señora Sánchez los está poniendo en tela de juicio en su feroz campaña contra el honor del señor Santacana a través de la prensa», argumentan los abogados del empresario.
Ayer, ese mismo juzgado le ha vuelto a dar la la razón a Josep Santacana, y ha pedido que el divorcio de la pareja se tramite en Esplugues, provincia de Barcelona, como pedía el empresario catalán. Esta medida supone un mazazo para la extenista, que pedía que el divorcio se resolviese en Miami, ya que supone que se respetarán las capitulaciones que firmaron y la separación de bienes.