El Estado Islámico reivindicó los «tres ataques» consecutivos que se produjeron ayer en las cercanías de Carcasona a manos de uno de sus «soldados del califato», como indicaron en un comunicado difundido por su agencia de propaganda Aqmar, con un balance de tres víctimas mortales y 16 heridos. El autor fue Redouane Lakdim, un joven de 26 años de origen marroquí, conocido por la Policía por ser un pequeño traficante de drogas que fue abatido por los agentes. Había mostrado signos de radicalización pero no para levantar sospechas sobre la posibilidad de dar este paso.
El presunto terrorista comenzó la jornada robando un coche en torno a las diez de la mañana a las afueras de Carcasona. Hirió al conductor y mató al otro pasajero cuyo cuerpo fue encontrado después en un bosque cercano con un tiro en la cabeza. Lakdim se cruzó con cuatro policías que terminaban su sesión de «footing» y disparó contra ellos hiriendo a uno en el hombro. Desde allí, se dirigió a Trèbes. Dejó el coche en el parking de un supermercado U y se introdujo en el interior mientras gritaba «Allah Akbar» (Alá es grande) y disparaba. «Yo no le he visto, pero he oído los tiros », comentaba uno de los trabajadores del supermercado que había podido escapar. «La gente vino corriendo a la carnicería y decían que había un tío que estaba tirando y que gritaba Allah Akbar», añadió.
Mientras unos escapaban por las puertas de emergencia, otros se encerraron en la cámara frigorífica. Ghristian Guibbert, que se encontraba con su mujer y su cuñada haciendo la compra, reaccionó enseguida en cuanto oyó las detonaciones: «Cogí a mi esposa, a mi cuñada y a otros clientes que estaban allí y los metí en el frigorífico. Había visto a un joven en el suelo y a ese señor con un arma en la mano y un cuchillo gritando ''Alá es grande''. No debían quedarle municiones porque no me disparó». Guibbert salió a la calle y llamó a la gendarmería para indicarles dónde se encontraba el agresor que ya había cogido a una persona como rehén. Después llamó a su mujer y le dijo que no salieran de la cámara frigorífica ni abrieran a nadie excepto a los gendarmes.
Las Fuerzas de Seguridad acordonaron de inmediato la zona, evacuaron a las personas que habían podido salir y comenzaron a negociar con el terrorista. Un teniente coronel de la gendarmería se ofreció para intercambiarse con el rehén, una mujer que Redouane Lakdim tenía entre sus manos para usarla como escudo. El secuestro comenzó alrededor de las 11.15 de la mañana y a las 14:20 se produjo el asalto de los gendarmes que acabó con la muerte del terrorista.
Según comentó el ministro del Interior, Gérard Collomb, el teniente coronel había dejado su teléfono abierto sobre la mesa y eso les permitió seguir en directo lo que sucedía en el interior. Cuando Lakdim volvió a disparar hiriendo gravemente al gendarme, se precipitó la acción de las fuerzas especiales del Grupo de Intervención de la Gendarmería Nacional, dos de los cuales también resultaron heridos en la operación.
El titular de Interior alabó la actitud del teniente coronel que encabezaba el primer pelotón de intervención, «su heroísmo y su valentía refuerzan nuestro respeto», comentó desde Trèbes. El agente que se había ofrecido para liberar a la mujer que atrapaba el terrorista se llama Arnaud Beltrame, tiene 44 años, y resultó herido con varios disparos. Anoche su pronóstico vital era grave. Desde los primeros momentos, la Fiscalía Antiterrorista anunció la apertura de una investigación por «asesinato en relación con una empresa terrorista y tentativa de asesinato, secuestros en relación con una empresa terrorista y asociación de malhechores terrorista criminal».
El presidente de la República, Emmanuel Macron, que se enfrentó ayer a su primer ataque terrosista desde la llegada al poder, subrayó que ahora habrá que responder a diversas cuestiones, como «cuándo y cómo el terrorista se ha radicalizado» y «dónde adquirió el arma». Invitó «a todos a ser conscientes de la gravedad de la amenaza terrorista, pero también a serlo de la fuerza y la resistencia» del pueblo francés. Rindió un homenaje al gendarme que se ofreció para ser intercambiado por un rehén. «Ha salvado vidas, hace honor a su Ejército y a su país. Ahora lucha contra la muerte».
Macron se encontraba ayer en Bruselas, donde había tenido lugar el Consejo Europeo. Mientras ofrecía una rueda conjunta con Angela Merkel fue informado del ataque, y desde allí hizo una primera declaración pública. El hecho de que estuviera junto a la canciller alemana fue utilizado por la presidenta del Frente Nacional para atacar al presidente francés, al que acusó de «ceguera desastrosa» por el hecho de reaccionar a «un atentado islamista cometido por un extranjero al lado de quien ha abierto Europa a una ola migratoria sin precedentes».