La selección del representante de Portugal para el festival de Eurovisión se ha visto envuelta de nuevo por la polémica a raíz de la retirada de Diogo Piçarra, finalista favorito del proceso, tras haber sido acusado de plagiar un himno religioso en su tema "Canção do fim".
La controversia saltó el lunes, cuando varios usuarios en las redes sociales se percataron de las similitudes entre la canción de Piçarra y "Abre os meus olhos" ("Abre mis ojos"), un cántico que forma parte de un álbum de la Igreja Universal do Reino de Deus (IURD) de Brasil.
Aunque el cantante luso negó rotundamente las acusaciones aludiendo no ser "creyente ni religioso" y que las melodías musicales "no son ilimitadas", anoche saltó la sorpresa cuando repentinamente anunció su retirada de la gran final para escoger al representante, que se celebra este domingo en Guimarães.
"Mantengo la misma posición en relación a mi música, la consciencia tranquila y la cabeza alta, pero no quiero alimentar la polémica. Todo esto se creó en torno a mi participación, no a la música", explicó Piçarra en su cuenta de Facebook, donde agregó que "no tenía sentido" continuar en la carrera eurovisiva.
Rádio e Televisão de Portugal (RTP), la organizadora del concurso, aceptó la renuncia de Piçarra a la vez que defendió la "integridad" del artista.
En un comunicado divulgado en su web, la cadena portuguesa anunció que su lugar lo ocupará Susana Travassos con el tema "Mensageira", con el que quedó en octava posición en la segunda semifinal.
Piçarra era el gran favorito para representar a Portugal en el certamen, pues fue quien mayor puntuación recibió en la fase previa, un total de 24 puntos entre público y jurado, que se reparten los votos a partes iguales.
Su retirada representa un bache más en el proceso de elección para el relevo de Salvador Sobral en 2018.
