Tras encarnar en la vida política los más heroicos personajes, de Napoleón Bonaparte al general Charles De Gaulle, Emmanuel Macron subirá a la escena del palacio del Elíseo para interpretar un papel en la composición sinfónica «Pedro y el lobo»(1936) de Serguéi Prokofiev (1891 - 1953).
La cadena de información permanente BFM, tradicionalmente bien informada, considera confirmado que el presidente Macron ha decidido «volver» a uno de sus primeros «amores» intelectuales: participar como actor en el montaje de piezas de repertorio clásico. «Pedro y el lobo» es un famoso cuento para niños y composición sinfónica de Prokofiev, compositor, pianista y director de orquesta ruso.
Según BFM, Brigitte Macron, la esposa del presidente, ha concebido la celebración de veladas artísticas y musicales, en el Elíseo. En principio, la primera velada debía celebrarse el mes de diciembre pasado. Problemas de calendario lo impidieron.
Finalmente, la primera de las veladas organizadas por la esposa del presidente debiera celebrarse el jueves próximo, tras un único ensayo previsto para el lunes que viene. El el presidente de la República debe participar como actor en una versión de la composición sinfónica «Pedro y el lobo» (1936) de Serguéi Prokofiev.
Brigitte Macron establecerá personalmente la lista de los privilegiados invitados que podrán asistir a la representación única en la que participará su esposo, jefe del Estado.
Se trata de una innovación espectacular en los hábitos culturales y protocolarios de la jefatura del Estado. En su tiempo, Valery Giscard d’Estaing llegó a invitarse al domicilio de algunos parisinos, escogidos, para terminar aquellas veladas con interpretaciones personales de canciones popular, al acordeón.
François Mitterrand no era hombre de gestos «populares» de esa naturaleza. Lo suyo era el tono «monárquico tradicional», con mucho énfasis «vaticanista». Jacques Chirac tenía una vena populista considerable, incompatible con su visión tradicionalista de la función presidencial. De Nicolas Sarkozy se conocen juveniles tentaciones musicales, con interpretaciones muy libres de cancioncillas «pop» de los años 70 del siglo pasado; pero, solo se atrevió a utilizar el Elíseo como dormitorio donde proteger alguna aventura con una periodista política. François Hollande abrió las puertas del Elíseo a su última amante, pero su desafortunado populismo solo fue político.
Elegido presidente, Emmanuel Macron ha «representado» papeles del más alto repertorio político. Los mejores analistas compararon su elección con la marcha triunfal de Bonaparte. Su ejercicio del poder supremo ha sido comparado con el del general de Gaulle. Su decisión de participar como actor en una representación de un cuento musical célebre no tiene precedentes.
No es un secreto que Macron y su esposa se conocieron y comenzaron a amarse cuando ella era su profesora, estaba casada con un banquero de provincias, y él era un jovencísimo estudiante, aficionado al teatro. Por aquellos años, Brigitte Macron montó varias piezas de teatro de aficionados, en las que el futuro presidente colaboró como actor, mucho antes de comenzar la brillante carrera de banquero de negocios que terminó de manera triunfal en el Elíseo.