Hondo pesar en España en general, y en Salamanca en particular, por la muerte de Venancio Blanco a los 94 años, en Madrid.
El escultor y pintor era miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y en el 81 fue nombrado director de la Academia Española de Bellas Artes en Roma.
El Ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, lamentó la pérdida del artista y destacó que dedicó su vida «a la búsqueda de la belleza».
Por su parte, el alcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco, subrayó su «sentido humano y espíritu de creyente, que plasmó en el día a día». Por otro lado, el presidente de la Diputación Provincial, Javier Iglesias, le recordó como «una persona excepcional» y como «un creador verdaderamente entrañable».
El mundo del arte lloró especialmente su marcha. Así, el escritor Aníbal Lozano, amigo personal de Venancio Blanco, aseguró que «ha dejado una huella imborrable» y le calificó como «uno de los grandes intérpretes de arte religioso contemporáneo, una materia muy difícil».
El también escritor salmantino Antonio Colinas le recordó como «una figura que buscó con su trabajo trascendencia». Finalmente, el joven escultor castellano y leonés Hugo Alonso señaló a Blanco como «un referente y un trabajador incansable».
Nacido en el municipio salmantino de Matilla de los Caños, residió la mayor parte de su vida en la capital, lo que le llevó a recibir las Medallas de Oro de la provincia (2009) y de la ciudad (2015). También fue Premio Castilla y León de las Artes en 2001.
Blanco fue galardonado con diversos premios nacionales e internacionales tales como el Premio Nacional de Escultura (1969), la Primera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes (1962), Gran Premio de Escultura en la V Bienal de Arte de Alejandría, Medalla de Oro en la IV Bienal de Arte Sacro de Salzburgo y la Medalla de Oro de la XI Exposición «Las Artes en Europa» (Bruselas), entre otros.
Su obra en encuentra en diversos museos entre los que destacan el del Vaticano en Roma, el de Arte Contemporáneo Reina Sofía en Madrid, el de Bellas Artes de Salamanca y de Amberes o el Museo Nacional de El Cairo.