La Ertaintza había conseguido separar a las dos hinchadas enfrentadas y, en un momento de relativa calma, cuando el agente permanecía en una fila con sus compañeros vigilando al grupo de hinchas locales, se desplomó al suelo sin que le alcanzara objeto alguno, según pudo presenciar Efe en el lugar del suceso.
Inmediatamente, sus compañeros le quitaron el casco y las protecciones reglamentarias, le giraron hacia un lado y le zarandearon para intentar reanimarle, pero no lo consiguieron y una ambulancia le trasladó hasta el Hospital de Basurto, muy próximo al estadio.
Fuentes policiales han señalado que los enfrentamientos se iniciaron sobre las 19:30 horas cuando varios centenares de hinchas rusos llegaban a las inmediaciones del estadio escoltados por ocho furgones de la Ertzaintza y fueron recibidos con el lanzamiento de botellas y otros objetos por parte de aficionados radicales del Athletic.
Previamente, la policía vasca había requisado a los aficionados locales materiales como palos, barras extensibles y puños de hierro. Durante los enfrentamientos fueron detenidas cinco personas, tres de ellas hinchas rusos, y tres personas han sufrido heridas de diversa consideración.
En los alrededores del estadio se sucedieron las carreras, el lanzamiento de bengalas y de otros objetos, el vuelco de contenedores y las cargas policiales sobre los alborotadores.
Una vez iniciado el partido los hinchas rusos continuaron encendiendo varias bengalas en el interior del estadio.
El alcalde de Ermua, Carlos Totorika, ha expresado en las redes sociales su tristeza por el fallecimiento del ertzaina vecino de este municipio. "Mucho ánimo y apoyo a la familia y todo nuestro cariño y reconocimiento", ha señalado.
El dispositivo de la Ertzaintza establecido para el partido catalogado "de alto riesgo" estuvo coordinado con la Policía Municipal de Bilbao y la seguridad privada que dispone el Athletic en San Mamés. Éste incluyó 500 ertzainas, 100 policías municipales y 200 agentes de seguridad privada contratados por el club de fútbol.
La llegada de unos 2.500 seguidores del conjunto moscovita puso en alerta a las fuerzas de seguridad, que se vieron obligadas a desplegar el mayor dispositivo policial para un evento deportivo en Bilbao. A todos los aficionados rusos con entrada para ver encuentro en San Mamés, hubo que sumarle otro medio millar de hinchas sin acceso para entrar en el estadio. Estos aficionados eran los que más preocupan a la Ertzaintza, ya que en su mayoría pertenecían a los Gladiators Firm 96, de ideología nazi y una de las hinchadas más violentas de Europa.
Los miembros de estas dos facciones tienen un amplio historial de altercados por Europa. Esta temporada ya habían dejado su huella en los desplazamientos del Spartak en los partidos de la fase de grupos de la Liga de Campeones en Sevilla y Maribor (Eslovenia). También protagonizaron escenas lamentables y peleas multitudinarias en la Eurocopa de Francia de 2016.
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Los radicales ultraderechistas y racistas del Spartak se caracterizan por su dominio de las artes marciales y sus entrenamientos casi paramilitares. Aquellos que tienen un mayor status dentro del grupo lo han logrado mediante peleas multitudinarias entre ellos o contra otros ultras, casi siempre en bosques ubicados en la periferia de la capital rusa.
La llegada del grueso de los ultras moscovitas ya había dejado algunos incidentes en Bilbao el miércoles, provocando un clima de máxima tensión en las calles del centro de la ciudad. La cercana Vitoria también había sufrido la violencia de los 'hooligans' del Spartak tras dar una paliza a un joven en el centro de la capital alavesa, que a punto estuvo a desencadenar una batalla campal con radicales del Alavés.
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