Llegó con la intención de brindarle un último oro a su abuelo, Don Kildow, fallecido el pasado mes de noviembre a los 88 años, pero en la última carrera de Lindsey Vonn en descenso, donde quería repetir el oro que logró en Vancouver 2010, solo pudo arañar la medalla de bronce. Una despedida agridulce para la esquiadora estadounidense que también señaló que estos eran sus últimos Juegos Olímpicos.
«Lo di todo y completé una gran carrera. Sofia esquió mejor que yo, simplemente. Me esforcé todo lo que pude por mantener esa línea. Así que no tengo queja alguna. Ha sido duro entender que éste ha sido mi último descenso olímpico, intenté que las emociones no me superaran en ningún momento. Y creo, sinceramente, que he esquiado muy bien. Lo que pasa es que Sofia hoy ha estado intratable», explicó la de Minesota tras recoger su medalla.
Quedó en tercera posición tras la italiana Sofia Goggia y la noruega Ragnhild Mowinckel. Pero es un podio que la convierte en ota leyenda, pues con 33 años es la esquiadora más veterana en celebrar una medalla en esquí alpino. Además, aunque este ha sido su última bajada olímpica en descenso, Vonn aspira a ampliar su espectacuar cuenta de Copas del Mundo, que por el momento tiene 81, récord absoluto.
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21 de febrero de 2018«Ha sido muy difícil para mí no ser emocional durante esta prueba, por distintos motivos. Pero sobre todo por mi abuelo. Hubiese querido ganar como fuera en su honor. Al final, salir de aquí con esta medalla no deja de ser también otro sueño hecho realidad. Por supuesto que hubiese preferido el oro, pero esta medalla está muy bien. Y creo que mi abuelo estará muy orgulloso de mi en estos momentos», finalizó Vonn, estrella del esquí con una despedida agridulce.