El nacimiento de una nueva supernova, captada por casualidad por un astrónomo aficionado, ha proporcionado una oportunidad de aprender más acerca de las propiedades y evolución de esa explosión estelar, según recoge Nature.
El acontecimiento pudo ser capturado en imágenes cuando el astrónomo amateur Víctor Buso hacía pruebas con una nueva cámara, pues es difícil predecir el momento exacto en que las supernovas están a punto de explotar.
Generalmente, los fenómenos de las supernovas pueden ser contemplados en un momento indeterminado después de producirse la explosión.
El 20 de septiembre de 2016 Buso apuntó con su nueva cámara, montada sobre un telescopio, a una galaxia espiral, denominada NGC 613, mientras nacía una supernova.
Menos de un día después de ese acontecimiento, la experta Melina Bersten y un grupo de colegas, del Instituto de Astrofísica de La Plata (Argentina), llevaron a cabo trabajos exhaustivos de observación y estudiaron la evolución.
La iluminación de la luz emitida por la explosión estelar se incrementó de manera muy rápida, una señal que corresponde, según consideraron los autores del mencionado estudio, a una fase de shock.
Estos científicos clasifican el evento estelar como un tipo de supernova IIb, conocida como SN 2011 dh.
Los modelos científicos basados en la información proporcionada por ese descubrimiento han permitido a los investigadores distinguir entre distintas fases de la evolución de la supernova, que son reguladas por los diferentes procesos físicos.
Los expertos concluyen que los nuevos análisis de las señales de shock podrían, potencialmente, aportar más datos sobre la estructura del progenitor (de la supernova) y del proceso físico que ocurre durante la emergencia del shock. EFE