La Inspección de Trabajo ha sancionado a Metro de Madrid con una multa de 191.000 euros –correspondientes a una infracción «muy grave» y a otra «grave»– por el uso de elementos con amianto en las piezas de los trenes que recorren la red madrileña. Considera que la empresa de transportes no tomó las medidas de prevención necesarias para salvaguardar la salud de sus empleados en la manipulación de elementos de túneles y trenes construidos con el mineral que se ha demostrado cancerígeno y que, desde 2002, ninguna empresa de la UE puede utilizar. Aunque no se obligó a su retirada, se creó un registro de empresas que trabajaban con amianto en la que Metro nunca llegó a inscribirse, reconoció ayer Borja Carabante, consejero delegado de Metro que compareció ante los medios para dar explicaciones sobre el fallecimiento de un trabajador de sus talleres que, según avanzó «El Mundo», manipuló durante años piezas que pudieron desprender fibras de este material. Carabante, que insistió en que las piezas con amianto (20 de las 20.000 con las que cuenta toda la red) nunca están en contacto con los viajeros, informó de que recurrirá las sanciones y explicó que la empresa ya ha puesto en marcha medidas para prevenir nuevos casos de enfermedad laboral por amianto como la encapsulación de algunos de los elementos que lo contienen.
Metro ha detectado presencia de la sustancia cancerígena en seis subestaciones y en vehículos que recorren las líneas 1, 5 y 9. Además, ha sometido a sus empleados a radiografías de pulmones para descartar nuevos casos. De 413 trabajadores que van a someterse a la revisión 342 ya han dado negativo en las pruebas. Eso sí, Carabante reconoció que en los próximos días podría aparecer un segundo trabajador de Metro al que se le reconozca una enfermedad por trabajar con amianto.
