El Málaga saltó este sábado a La Rosaleda con la soga al cuello y acabó con el nudo un poco más apretado porque el Atlético de Madrid, en otro encuentro práctico y sin ningún alarde para el espectáculo, sumó un triunfo que le refuerza en el segundo puesto
y mete presión al Barcelona ante su cita de este domingo contra el Getafe. La presencia de José González en el banquillo sigue sin cambiar la dinámica de los andaluces, que una tarde más se marcharon sin poder celebrar la primera victoria con un técnico que no mejora los números de Míchel ni las sensaciones de su equipo. El gol de Griezmann a los 40 segundos acabó con las esperanzas de un rival al que el tiempo para reaccionar se le empieza a agotar. Otra lección de efectividad sin brillo de los madrileños, que amarraron su octavo triunfo por 1-0 en este campeonato.
Simeone, en el regreso al estadio en el que debutó en 2012, se vio obligado a formar con una zaga inédita. Con Vrsaljko y Filipe Luis en los costados, las lesiones de Savic y Godín dieron paso a Giménez y Lucas como pareja de centrales, pero el Málaga no fue capaz de inquietar en el primer tiempo a un Atlético que se protegió con la pelota y que en el segundo supo apretar los dientes en defensa. Los rojiblancos se encontraron con el partido soñado porque el gol de Griezmann, que cazó un balón muerto en el área tras un disparo de Saúl, les permitió jugar sin correr riesgos. El único lanzamiento visitante a palos antes del descanso cambió el guión y aumentó la presión para un Málaga decepcionante en un primer acto en el que fue incapaz de probar a Oblak.
José González apostó por un ataque con dos delanteros, pero En-Nesyri e Ideye perdieron la batalla ante Giménez y Lucas. Un remate de cabeza del nigeriano que se marchó cerca del palo superado el cuarto de hora fue la única aportación de peligro de la pareja malagueña.
En la tarde del regreso de Filipe Luis, el Atlético ganó profundidad por la izquierda, por la que también apareció Vitolo en su primer partido como titular en la Liga. El canario, que comenzó corriendo la banda derecha, saltó despistado y regaló tres faltas laterales y en una de ellas llegó ese aviso de Ideye. Con los minutos fue tranquilizándose, pero se espera mucho más de él.
Cambio tras el descanso
El de La Rosaleda era un partido minado para los madrileños a pesar de que enfrente aparecía el colista. El empate de Las Palmas en San Mamés aumentó la necesidad de un rival inmerso en la pelea por la salvación y extramotivado por intentar ganar al segundo de la Liga. Griezmann evitó la salida en tromba que los andaluces sí buscaron tras el descanso con la entrada de Lacen. Un lanzamiento cruzado de En-Nesyri en el primer minuto fue la demostración del cambio de actitud local. Oblak, brillante en una falta de Rosales que buscó la escuadra, resultó providencial poco después. Vitolo, otra vez generoso, fue el que concedió esa ocasión en la frontal y Simeone le sustituyó por Correa.
Empujado por La Rosaleda, el Málaga cambió de cara y aumentó la intensidad, pero el Atlético, una vez más, supo sobrevivir con el marcador a favor. A la espera de un contragolpe para intentar matar el duelo, las imprecisiones en la salida de la pelota penalizaron al conjunto de Simeone, que jugó los últimos minutos en superioridad por lesión de Lacen, protagonista del susto de la tarde. El centrocampista fue retirado en camilla después de permanecer varios minutos inmóvil en el césped tras chocar su cabeza con Fernando Torres.
La incertidumbre se mantuvo y el Atlético, a pesar de jugar con uno más, tuvo que esperar hasta el final para celebrar una victoria que le acerca al líder y que hundió un poco más al Málaga. El conjunto de Simeone mete presión al Barcelona.
