La Policía Municipal detuvo la madrugada de ayer en Usera a un mujer de 29 años que se encontraba en la calle en estado de embriaguez con un niño de corta edad, sin abrigo y solo con un «body» y un pantalón mojado, cuando a esa hora se registraba en la capital una temperatura casi bajo cero. Para colmo, tiene otra hija de 10 años, a la que encontraron sola en casa y también en situación de desamparo.
Los intervinientes observaron a la interfecta en la calle de Marcelo Usera. Llevaba de la mano a un niño de corta edad, mientras que con la otra empujaba un carrito. Sospecharon y comprobaron que tenía dificultades para mantener la verticalidad, por lo que decidieron entrevistarse con ella a la vez que constataron que el menor no llevaba ropa de abrigo, de forma que la requirieron para que le tapara.
La respuesta de la joven fue: «No hace tanto frío». Madrid estaba en ese momento prácticamente bajo cero. Los municipales le insistieron, pero ella hizo caso omiso. Uno de los uniformados, harto, tomó a la criatura, que estaba tiritando, y lo introdujo en el coche patrulla, para reconfortarlo con la calefacción.
Mientras, dieron aviso al Samur-Protección Civil, pues el chiquillo presentaba síntomas de estar sufriendo una hipotermina. Los médicos, a su llegada, además apreciaron que el menor tenía falta de atención y cuidados. Tuvo la suerte de que lo encontraron los policías municipales. La madre venía de juerga con el niño.
Los funcionarios localizaron al padre, que se hizo cargo de él y explicó que estaba en proceso de separación de la arrestada y que esta tenían otra hija. Acompañados de la mujer, los agentes se trasladaron a su domicilio. Les abrió la niña, de 10 años, que contó a los policías que desde que había llegado del colegio estaba sola en casa y que su madre le había dejado un «sandwich» para cenar. La abuela se hizo cargo de ella, que está en trámites de acogimiento, debido al severo problema de alcoholismo de la arrestada.