La legumbre, un alimento básico de los denominados platos de cuchara, llevaban tiempo en retroceso en la dieta de los españoles frente a otras zonas del mundo en que su consumo es básico y fundamental para la dieta. Y sin embargo, este superalimento debería volver a convertirse en algo cotidiano en nuestras mesas por sus gran valor nutricional y su sostenibilidad como cultivo.
Tras ser declarado 2016 «Año Internacional de las legumbres» por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) por la importancia que tienen para la seguridad alimentaria mundial, la Confederación Mundial de Legumbres pretende seguir potenciando su consumo mundial. Por tercer año consecutivo ha elegido la fecha del 10 de febrero para celebrar el Día Global de las Legumbres, una iniciativa encaminada a a apoyar a la FAO en su decisión de promover el reconocimiento oficial como Día de las Legumbres, al igual que existe un Día de la Tierra o un Día de los Bosques.
Afortunadamente, desde que se celebró hace tres años el Año Internacional, su consumo ha aumentado en nuestro país en un 4,4%, ya que durante el pasado año se consumieron en los hogares españoles 142 millones de kilos de legumbres, frente a los 136 millones de 2016, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente
. Este dato posee especial relevancia, ya que su consumo aumentó por primera vez en 40 años.
La legumbre en crudo aporta solo tres gramos de grasa por cada cien gramos de este producto
A juicio de la Asociación de Legumbristas de España (ALE), este aumento se debe en parte a las campañas de promoción de sus propiedades beneficiosas y una mayor concienciación sobre cuestiones medioambientales. ALE considera que aún estamos lejos del
consumo semanal recomendado
, que ronda las 3-4 raciones, puesto que esta cifra desciende a una ración. El cambio en los hábitos de vida y consumo, especialmente entre los más jóvenes, y su elaboración en la cocina más clásica, había ido provocando un retroceso en la dieta de los españoles. Es por esta razón, que desde la Asociación de Legumbristas aboguen por la innovación de las recetas para ofrecer nuevos platos que vayan más allá de los guisos clásicos, menos compatible con el modelo de familia y vida actual.
Resistentes a sequía y heladas
Las leguminosas son además un cultivo totalmente sostenible, ya que enriquecen el suelo donde crecen, reduciendo la necesidad de utilizar fertilizantes químicos, crecen además en ambientes más hostiles, puesto que resisten más a a la sequía y a las heladas, y tienen un menor registro de carbono que cualquier otro grupo alimentario. Un kilogramo de leguminosa solo emite 0,9 kg de CO2.
Otro aspecto fundamental es el impacto que este cultivo produce es la denominada huella ambiental, es decir, el ahorro de agua que produce frente a otros alimentos, en especial a los de origen cárnico. Así por ejemplo, las necesidades de agua para producir un kilogramo de carne de vacuno, cerdo, pollo o soja son 43, 18, 11 y 5 veces mayores, respectivamente, que el agua que se necesita para producir un kilogramo de legumbres, según revela un estudio realizado por Waterfootprint.org.
Las legumbres son fuente de proteína vegetal - ABC
Algunos datos nutricionales de interés
- Las lentejas proporcionan el doble de proteínas por porción que la quinoa.
- Todas las legumbres tienen cuatro veces más fibra que el arroz integral.
- Por porción, la variedad riñón roja de judía tienen mayor contenido de antioxidantes que los arándanos.
- Una ración de frijoles negros contiene 1,5 veces más hierro que un filete de carne de vacuno
- Una porción seca de guisantes tiene el mismo potasio que una banana.
- Los garbanzos poseen tres veces más ácido fólico por ración que la col rizada.