Con casi 23.000 hectáreas de superficie, la Sierra de las Nieves, en Málaga, se convertirá en el número 16 de los parques nacionales en España. El Consejo de Ministros ha aprobado, conjuntamente con la Junta de Andalucía, la propuesta inicial para declarar a este espacio con la máxima figura de protección medioambiental en nuestro país.
Se inicia así el proceso de declaración que, tras un periodo de información pública y consultas, llevará a un proyecto de Ley que deberá aprobar el Gobierno para luego iniciar su tramitación parlamentaria, pues los parques nacionales son los únicos espacios protegidos que se declaran por Ley.
El futuro Parque Nacional de la Sierra de las Nieves permitirá la inclusión en la Red de Parques de paisajes sobresalientes, de una gea y flora realmente singulares y de una valiosa representación de fauna. El parque alberga el 65% de la superficie de pinsapar española. El abeto pinsapo (Abies pinsapo) constituye, junto con el abeto blanco (Abies alba), los únicos representantes del género Abies en la Península Ibérica. Sin embargo, mientas disponemos de excelentes bosques de abeto blanco en algunos de nuestros parques nacionales (como Ordesa y Monte Perdido y Aigüestortes y Lago de San Mauricio), el pinsapo no estaba hasta ahora presente en ninguno de nuestros parques nacionales. El parque alberga también una representación importante de encinares, alcornocales, quejigares, pinares de pino negral, sabinares y bosques de ribera.
Además, la Sierra de las Nieves tiene una gran variedad de paisajes, con una configuración geológica que está en la base de su singularidad biológica. Sus grandes formaciones rocosas se formaron hace cientos de millones de años y han ido moldeándose a través de la historia perfilando un escenario de distintos tipos de rocas plutónicas, metamórficas y sedimentarias; peridotitas, gneises, calizas, dolomías, mármoles, serpentinitas y depósitos cuaternarios aluviales que actúan como relleno de los fondos de valle.
Rocas singulares
Las peridotitas, muy singulares a nivel mundial, son una de las rocas más escasas en la corteza terrestre, porque sus afloramientos muestran una porción del manto de la litosfera, en general no visible. Su llamativa coloración en tonos verdes, ocres y amarillos supone un atractivo más del paisaje del parque.
Con esta incorporación a la red de parques nacionales, Andalucía suma un parque más a los dos que ya tiene (Doñana y Sierra Nevada), y se convierte en la segunda comunidad autónoma con más parques nacionales en su territorio, solo por detrás de Canarias, que cuenta con cuatro (Teide, Taburiente, Timanfaya y Garajonay). Precisamente en este archipiélago se discute la conveniencia de declarar el que sería el primer parque nacional exclusivamente marino de nuestro país, en el Mar de las Calmas, aunque el Cabildo herreño aún no ha tomado posición al respecto.
Hay que recordar que son las comunidades autónomas quienes elevan la petición al Gobierno para la declaración de un espacio como parque nacional. La gestión de los parques nacionales es competencia de las comunidades autónomas desde el año 2004, tras una sentencia del Tribunal Constitucional que respondía a los recursos presentados por Andalucía y Aragón, si bien es el Estado quien marca las directrices para su planificación y coordina la Red de Parques Nacionales, compuesta actualmente por 15 espacios, a los que se sumará en breve la Sierra de las Nieves.