Tres informes demoledores, el lunes, el de Intermón Oxfam; el martes, el de la Organización Mundial del Trabajo, y ayer, miércoles, el que presentó Cáritas de Barcelona alertan del creciente número de trabajadores pobres. «Tener trabajo ya no es garantía para salir de la pobreza», lamentaba ayer el director de Cáritas de Barcelona, Salvador Busquets. «Y esto no se puede permitir», advertía. El último informe de Cáritas contiene una buena noticia, aunque por ahora parece una ilusión en el desierto, los datos macroeconómicos indican que el país está saliendo de la crisis. El paro bajó en Cataluña casi un 8 % en 2017, pero la recuperación económica no se nota en numerosos hogares. Es más, de esta crisis ha salido un nuevo estatus, el de los trabajadores pobres.
Hace dos años que Cáritas alerta de este fenómeno. Cada vez atiende a más personas que pese a tener trabajo viven bajo el umbral de la pobreza, un 16 % en 2017, cuando hace un año esta cifra era un punto menor.
Según datos oficiales, el 12 % de los trabajadores de Cataluña son pobres y hacen virguerías con un sueldo inferior a 837 euros al mes. Es más, la Mesa del Tercer Sector denuncia que 234.600 empleados se las ingenian con un salario mensual por debajo de los 710 euros brutos.
A Clara Penagos, una de las 35 historias, con las que Cáritas ha realizado el informe «Vidas precarias», le han llegado a pagar 2,5 euros la hora como camarera de hotel, denuncia la autora del estudio, Míriam Feu.
El director de Cáritas denunció también que la tasa del paro en Cataluña sigue siendo preocupante. En 2007, era del 7% , ahora es del 12,5 %, pero lo que realmente inquieta es que el paro juvenil alcanza un 31%. Igual o más alarmente es que el 91% de los contratos que se hicieron en España el año pasado eran temporales y de estos, un 26% fueron de menos de 7 días. «¿Como se puede garantizar un proyecto vital con estas condiciones?», espetó Busquets.
Cáritas denuncia que se está saliendo de la crisis por la puerta de atrás, que es mentira que el capitalismo se haya humanizado cuando se han reducido los sistemas de protección para los más vulnerables. Según advierte el Banco de España, la tasa de cobertura de los parados era del 71 % en 2007 y ahora es del 56 %.
Quienes lo tienen más difícil son los jóvenes, los mayores de 50 años, las madres solas y los inmigrantes. Cáritas llama a revelarse contra un mercado laboral «inestable, inseguro, inmediato y desprotegido». No sólo ofreció datos, también dio soluciones. Propone una reforma laboral para reducir la desigualdad, un salario mínimo de mil euros en 14 pagas, políticas de protección social reales, prestaciones de paro más accesibles, un despliegue de la renta mínima garantizada más ágil y romper el círculo que vincula trabajo con residencia legal para no empuajr a la exlusión a los inmigrantes.
