El exfutbolista Rubén Osvaldo Díaz, apodado en Argentina como 'Panadero', despertó hoy, tras su muerte, el reconocimiento de todos los aficionados del deporte que recuerdan su paso por la Albiceleste, el Racing Club y el Atlético de Madrid.
Los más viejos asociaron el nombre de Rubén Díaz a sus días de gloria en el Racing Club, en el que el defensa comenzó su carrera en 1965 cuando tenía 19 años.
Sus compañeros del club rápidamente lo apodaron 'Panadero' porque su padre trabajaba en una panadería.
Tras su primer año como profesional, los éxitos no tardaron en llegar.
En 1966 ganó el campeonato argentino y así conquistó los corazones de los aficionados de la 'Academia', como llaman al Racing.
Un año después, los logros comenzaron a sucederse en el ámbito internacional y Panadero "amasó" sus páginas más gloriosas cuando levantó el trofeo de la Copa Libertadores, el torneo de fútbol más importante de América.
En 1967 también conquistó el mundo futbolístico con su amado Racing en la Copa Intercontinental tras vencer al Celtic escocés.
Panadero, ídolo de la Academia, solía decir: "Después de mi familia, Racing".
Tras siete años en el club en el que alcanzó lo máximo como jugador, el destino de Panadero cambió y en 1972 mudó su juego a otro equipo grande de Argentina, el San Lorenzo de Almagro.
Sus buenas actuaciones hicieron que los ojos del mundo prestaran atención al defensor, que a los 26 años ya era campeón de Argentina, de América y del mundo, y tenía en su palmarés haber vestido la camiseta de dos de los clubes más importantes de su país.
Entonces, las ofertas europeas llegaron cuando cumplió 27 años y Díaz se marchó a España para continuar con su ascendente carrera en el Atlético de Madrid, en el que debutó el 15 de septiembre de 1973 en un partido contra Las Palmas.
Con la experiencia de la Copa Intercontinental ganada durante su primera época en el Racing Club, Panadero repitió título en 1974, esa vez con el Atleti.
Dos años más tarde, conquistó la Liga y la Copa españolas en lo que fue una temporada 1976/1977 inolvidable para la afición del Atlético de Madrid.
Con tres títulos bajo el brazo conseguidos en Europa, Díaz volvió al club de sus amores, el Racing Club, en 1977.
Como si ya estuviese acostumbrado a los títulos, el regreso del defensa a la Academia significó para el equipo otro campeonato local ganado, el torneo nacional de la temporada 1977/1978.
Ese fue el último trofeo que levantó como jugador profesional, ya que sus días como futbolista acabaron en 1978 tras una carrera de 13 años, a los 32.
Su relación con el fútbol no terminó con su retiro de las canchas y volvió a ellas en 1985, ya sin los botines puestos, como ayudante de entrenadores.
Debutó como entrenador ayudante en el Deportivo Italiano, donde después de un año de trabajo conquistó el título de la segunda categoría del fútbol argentino, lo que significó para su equipo el ascenso a la máxima división del país.
Como segundo entrenador, destacó por acompañar a su amigo y también ídolo del Racing Alfio 'Coco' Basile.
Juntos recorrieron el mundo con distintos clubes y hasta tuvieron dos ciclos en la selección argentina, entre 1991 y 1994, cuando llevó a la Albiceleste al Mundial de Estados Unidos con Diego Maradona como figura destacada del equipo, y entre 2006 y 2008, etapa en la que dirigieron a un joven Lionel Messi.
Con la dirección de Coco y Panadero, Argentina obtuvo sus últimos dos títulos en 1991 y 1993, la Copa América.
Como segundo entrenador Díaz también ganó campeonatos con su querido Racing (la Supercopa Sudamericana y la Interamericana de 1988), cinco con el Boca Juniors y uno con el mexicano América.
Hoy, a los 72 años, falleció y por todo este recorrido el mundo del fútbol, en el que cosechó éxitos deportivos y grandes amigos, lo recordará como quien amó lo que hizo hasta el punto de ser campeón con o sin las botas puestas.
Efe
