Magnus Carlsen e Ian Nepomniachtchi han causado un gran revuelo en la comunidad del ajedrez tras acordar compartir el título del Campeonato del Mundo de Blitz a principios de esta semana.
La final del martes en Nueva York estaba empatada a 3,5-3,5 cuando Carlsen, número 1 del mundo, sugirió a Nepomniachtchi que compartieran la corona.
El noruego se había adelantado por 2-0 en la contienda a cuatro partidas antes de que Nepomniachtchi lanzara una asombrosa remontada para igualar el marcador, enviando la partida a un desempate a muerte súbita.
Ambos empataron las tres partidas siguientes, y más tarde se decidió que compartirían el título tras la propuesta aceptada por Arkady Dvorkovich, presidente de la FIDE.
“Pensé que, en ese momento, ya habíamos jugado durante mucho tiempo y yo estaba, en primer lugar, muy contento de terminar, y pensé que, en ese momento, habría sido muy, muy cruel para los dos si uno se quedaba con el primer puesto y el otro con el segundo”, declaró Carlsen más tarde a la prensa.
“Así que pensé que sería una solución razonable. Creo que la gente, por supuesto, entiende que ambos estamos cansados y nerviosos. A algunos les gustará, a otros no. Así son las cosas”.
El título compartido puso fin a unos días llenos de acontecimientos para Carlsen, que inicialmente abandonó el Campeonato del Mundo de Rápidas y Blitz la semana pasada tras negarse a cambiarse sus pantalones jeans.
La FIDE dijo entonces que Carlsen había infringido el código de vestimenta de los Campeonatos del Mundo de Rápidas al llevar jeans, por lo que se le prohibió participar en una ronda y se le impuso una multa de US$ 200. Sin embargo, Carlsen, que quería defender sus títulos mundiales de Blitz y Rápidas en Nueva York, dijo que volvería para la competición de Blitz tras “fructíferas conversaciones” con Dvorkovich y el patrocinador del evento principal.
Ahora, la decisión de compartir el título de Blitz con su viejo rival Nepomniachtchi ha desatado las protestas de algunos de los mejores jugadores del mundo: es la primera vez en la historia que se comparte un título mundial.
“Esta es una situación en la que no puedo estar de acuerdo con lo que hizo Magnus”, dijo el destacado jugador Hikaru Nakamura en su canal de YouTube. “No creo que haya ningún precedente para esto, cuando pones reglas sobre el juego en sí y de repente decides: ‘Está bien, nos vamos a casa’… Para mí es inconcebible”.
Normalmente, el desempate continuaría durante un periodo de tiempo indefinido hasta que se coronara un ganador absoluto. El reglamento de la FIDE establece que cualquier “circunstancia o situación imprevista” se remite al presidente del organismo rector, y en esta ocasión Dvorkovich aceptó que el título se compartiera sin conceder un segundo puesto.
“Estoy absolutamente sorprendido de que la FIDE haya hecho esto y no creo que sea correcto en absoluto”, añadió Nakamura, y el gran maestro estadounidense no fue el único en criticarlo.
“La FIDE pasa de suspender a Carlsen (por la debacle de los pantalones) a crear una regla completamente nueva”, escribió Hans Niemann, a quien Carlsen había derrotado en cuartos de final, en X, antes conocido como Twitter. “Parece que el organismo regulador del ajedrez no tiene intención de ser imparcial. Parece que solo les importa lo que piense un jugador”.
Niemann también calificó el mundo del ajedrez de “broma”, mientras que la jugadora y streamer Alexandra Botez dijo en X que el juego se está “ablandando”.
El excampeón del mundo Garry Kasparov hizo una referencia mordaz a la polémica de los pantalones, escribiendo en X: “Pensé que para la FIDE lo que hacía el primer desempate eran los pantalones”.
Otros, entre ellos el gran maestro Ivan Sokolov, sugirieron que la final debería haberse decidido por un desempate Armagedón, un formato utilizado a menudo para decidir una contienda tras una serie de empates.
En una declaración a CNN, la FIDE afirmó que “la decisión de compartir el título no se tomó a la ligera”, y añadió: “Se basó en las circunstancias excepcionales del evento y en la voluntad expresada por los jugadores de aceptar este resultado”.
“Esta decisión no sienta un precedente para futuros eventos, ya que la FIDE mantiene su compromiso de garantizar que los mecanismos de desempate sean sólidos, justos y transparentes”.
“Esta situación ya ha provocado valiosas discusiones dentro de la dirección de la FIDE para mejorar nuestras regulaciones. Nuestro objetivo es mantener la integridad y competitividad del ajedrez mientras nos adaptamos a los desafíos que vayan surgiendo”.
Por su parte, Carlsen dijo a los periodistas que su decisión de sugerir un empate no tenía nada que ver con el incidente de los pantalones de mezclilla de unos días antes, además de refutar las afirmaciones de que equivalía a un amaño de partidas.
“Nunca he preacordado un empate en mi carrera”, publicó en X, añadiendo: “Creo que la partida en sí mostró a dos jugadores jugando al ajedrez de alto nivel, igualados y ambos merecedores de la victoria”.
Nepomniachtchi, por su parte, dijo a los periodistas que la situación podría animar a la FIDE a volver a los desempates Armagedón (un tipo de muerte súbita), pero añadió que no iba a “quejarse demasiado” por el resultado.
Este fue el octavo título de Carlsen en el Campeonato del Mundo de Blitz y el primero de Nepomniachtchi, que fue subcampeón en 2014.
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