Los médicos lo llaman un “bebé milagro”.
A tan sólo unos días después de que Jeremiah, de 3 meses, recibiera un disparo en el pecho, parece estar recuperándose.
Antes de entrar en quirófano el lunes, los médicos advirtieron que Jeremiah “podía morir en un segundo”. Una bala rozó sus pequeñas arterias, tenía tres huesos estaban fracturados y los médicos temían que perdiera más sangre.
Las horas parecieron días para su familia, pero Jeremiah logró salir del quirófano. El miércoles, los médicos esperaban que estuviera lo bastante fuerte para desconectarlo del respirador.
Jeremiah es el sobreviviente poco probable de un tiroteo casi fatal en el vecindario de La Villita ocurrido el sábado que lo llevó a él y a su papá al hospital. Aunque el niño tiene un largo camino por delante, el hecho de que esté recuperándose ha sorprendido a su mamá y a los médicos que lo atienden.
"Todo el mundo está muy sorprendido de que esté bien... porque es muy pequeño", dijo la mamá de Jeremiah al Sun-Times. "Están sorprendidos que haya sobrevivido. Es el paciente más pequeño que el cirujano ha operado hasta ahora”.
Su calvario comenzó con un viaje a la farmacia Walgreens.
La familia iba a ir a una fiesta de cumpleaños el sábado por la tarde, pero el papá de Jeremiah quiso salir pronto de casa y disfrutar del día.
“Siempre está pendiente de sus hijos, así que ya quería empezar el día”, dijo la mamá de Jeremiah, que pidió no ser mencionada por su nombre por temor a su seguridad.
A eso de las 4:30 p.m., la familia entró al estacionamiento de Walgreens en el 3045 W. 26th St.
Mientras su padre iba por leche de fórmula y botanas, Jeremiah, su madre y su hermano de casi 2 años esperaban fuera en el nuevo Camaro de la familia.
El padre de los niños volvió al automóvil y, mientras esperaban en el carril de salida, dos hombres armados salieron de un SUV viejo color café que, según la policía, los había estado siguiendo.
En ese momento, el SUV estaba parado justo frente a ellos.
“Cuando miré hacia delante, vi que alguien se bajaba, y entonces me apuntaron con un arma, y empezaron a volar balas”, contó la madre al Sun-Times. “Yo sólo gritaba: ‘¡los bebés, los bebés!’, porque tenía a mis dos bebés en la parte de atrás”.
El padre, de 21 años, trató de huir de quienes disparaban y fue alcanzado por las balas varias veces en el hombro y en el brazo y recibió un roce en el cuello.
Mientras se tambaleaba hacia la Walgreens, la mamá de Jeremiah se dio cuenta de que habían disparado al más pequeño de sus hijos.
Su papá le gritó que se llevara a los niños y saliera de allí.
Ella saltó al volante del automóvil acribillado a balazos y manejó hacia el este por la calle 26. Al acercarse a la avenida California, otro automóvil le cortó el paso y ella salió derrapando.
Abandonada a un lado de la calle, la mamá del niño empezó a gritar pidiendo ayuda.
“No quería ni tocarlo, así que agarré todo el asiento del automóvil (...). No sabía dónde se había golpeado”, narró la mamá del bebé al Sun-Times. “Sólo gritaba y la gente me miraba, y yo decía: ‘¿Por qué me miran así, pueden llevar a mi bebé al hospital? Necesito ir [al hospital]’”.
“Gracias a Dios pasó una ambulancia”, contó.
Mientras subían a Jeremiah a la ambulancia, su mamá esperaba con su hermano. Sus suegros no tardaron en llegar y se apresuraron a ir al Hospital Mount Sinai.
“Mandé al bebé solo porque quería llevarlo estuviera yo allí o no”, dijo al Sun-Times. “Es tan pequeño que era cuestión de tiempo que pudiera fallecer”.
El pánico continuó durante las horas siguientes, mientras esperaba en los pasillos del hospital.
“Me estaba volviendo loca”, confesó al Sun-Times. “La oficial de policía, no paraba de ir y venir y decía: ‘Todavía lo oigo respirar y llorar, está bien, todavía están con él’”.
El papá de Jeremiah también fue trasladado al mismo hospital en estado grave, pero ya ha sido dado de alta.
“Todo el hospital [dice] ‘es nuestro bebé milagro’”, declaró la madre al Sun-Times.
Tras la operación, Jeremiah se recuperaba bien, según su mamá .
“Incluso sentía mucho frío antes de la operación”, comentó su mamá. “Ahora se siente más calentito”.
Aunque Jeremiah es sólo un bebé, es muy activo.
“Ya intenta responder, intenta hablar y se ríe, ya intenta voltearse y sostener su biberón”, dijo su mamá.
Jeremiah y su hermano, que cumplirá dos años en un par de semanas, ya son “los mejores amigos”.
“Me mira fijamente a mí, a su hermano y a su papá, y no hace más que sonreír”, añadió.
Baltazar Enríquez, presidente del Concejo Comunitario de La Villita, en una conferencia de prensa sobre el estado de Jeremiah, el bebé de tres meses que fue baleado el 27 de julio en el estacionamiento de la farmacia Walgreens, según un informe de la policía de Chicago, en la oficina del Concejo Comunitario de La Villita, el miércoles 31 de julio de 2024.
Pat Nabong/Sun-Times
Por desgracia, la lucha no ha terminado para «el bebé milagro», y es posible que los médicos vean a Jeremiah hasta su adolescencia.
La familia ha abierto una página en GoFundMe para recaudar dinero para las próximas cirugías, fisioterapia y tratamientos. Hasta la noche del miércoles por la tarde, la página había recaudado $4,645 de los $10,000 que tenía como meta.
También esperan usar parte del dinero para mudarse, porque no se sienten seguros.
Los activistas del Concejo Comunitario de La Villita han convertido su oficina ubicada en 3610 W. 26th St. en un centro de acopio para quienes deseen donar ropa, leche en polvo, juguetes para bebés y otros artículos.
La organizadora principal Graciela García, dijo en una conferencia de prensa el miércoles que le rompe el corazón escuchar que posiblemente se muden, pero agregó que esta familia —como otras en la comunidad— ha sido impactada por «varias tragedias”.
Baltazar Enríquez, también miembro del grupo comunitario, dijo que espera que esta tragedia haga que las autoridades envíen ayuda.
“La violencia se ha convertido en algo normal en nuestra comunidad”, declaró Enríquez. “Nadie nos da ninguna herramienta, ningún recurso para que podamos combatir el trauma generacional”.
Hasta el miércoles no se había realizado ninguna detención.
Los familiares y miembros de la comunidad están pidiendo a cualquiera que sepa algo o tenga imágenes en video, que se ponga en contacto con la policía.
Traducido por Gisela Orozco para La Voz Chicago
