Un “desconsolado” alcalde Brandon Johnson declaró el lunes que “habrá consecuencias” para los responsables de "sembrar el caos en mis calles" durante el fin de semana festivo largo.
Fue un cambio de tono y de enfoque para Johnson, que en el pasado ha insistido con frecuencia en la necesidad de crear programas para los jóvenes u otros gastos sociales para atacar de raíz las causas de la delincuencia.
“Estamos aquí para decir enfáticamente que ya es suficiente. Es suficiente. Cuando esta violencia insensata causa estragos en nuestra ciudad en esta magnitud, estamos perdiendo un pedazo del alma de Chicago. Me duele profundamente admitirlo, pero es cierto”, dijo Johnson a los periodistas en la sede de la seguridad pública, acompañado por el Superintendente de la Policía de Chicago, Larry Snelling, y otros funcionarios.
“Pero no me voy a quedar de brazos cruzados. No seremos pasivos en este momento”, añadió. “Tenemos que asegurarnos de hacer que todos y cada uno de los individuos rindan cuentas por el dolor y el trauma y el tormento que han causado en esta ciudad. Habrá consecuencias para la violencia.
“No dejaremos que la actividad criminal arruine y dañe a nuestra ciudad”.
Más de 100 personas resultaron heridas en tiroteos en toda la ciudad durante el fin de semana festivo de cuatro días, y al menos 19 de esas víctimas de tiroteos habían muerto hasta el lunes por la mañana. El alcalde dijo que esas víctimas “no son sólo cifras” sino “nuestros vecinos” cuyas vidas se perdieron o fueron afectadas.
Y aunque el alcalde también tocó su tema familiar sobre revertir “generaciones de falta de inversión y profunda privación de derechos en las comunidades exactas donde ha tenido lugar gran parte de la violencia”, no se detuvo ahí.
No hubo excusas para los autores, no después de que un tiroteo masivo en Greater Grand Crossing matara a un niño de 8 años y a dos mujeres e hiriera a otros dos niños. Fue uno de los cuatro tiroteos masivos del fin de semana festivo.
El alcalde estaba fuera de la ciudad el jueves por la noche, pero se unió a Snelling el viernes para recorrer la cuadra donde ocurrió el ataque de Greater Grand Crossing.
Esos autores de los disparos tomaron “la decisión de matar a mujeres, la decisión de matar a niños, la decisión de matar a ancianos”, dijo Johnson. "Y estoy aquí para decir enfáticamente que ya estamos hartos".
El alcalde pidió ayuda a otros funcionarios y ha solicitado a las autoridades federales “que respondan a los tiroteos masivos en la ciudad de Chicago... igual que lo hacen en otros lugares de este país”.
Hasta el lunes por la mañana, no se habían realizado arrestos en ninguno de los tiroteos mortales del fin de semana. Snelling no dio información actualizada sobre ninguna investigación, pero dijo que los detectives estaban “trabajando muy duro en estos casos, especialmente en los que están implicados niños”.
Snelling, al igual que Johnson, pidió una acción firme contra los implicados en estos ataques.
“Tenemos que pararnos realmente a pensar en la mentalidad de alguien que le dispararía a un niño, a un niño indefenso, y a una madre desarmada, y pensar que eso está bien y seguir como si nada”, declaró Snelling. “Hay que sacar a esa gente de la calle. Hay que encerrarlos”.
Hubo diez tiroteos en el distrito policial de Austin, en el lado oeste, donde vive Johnson. Reconoció haber oído al menos algunos de esos disparos.
“Es personal”, dijo Johnson.
“Tenemos que responsabilizar a la gente. Pero, ¿saben cuál es mi objetivo final? Es transformar esta ciudad para que cortemos el canal de los jóvenes de entre 10 y 19 años que son víctimas o autores de la violencia”, añadió.
Como ex maestro de las Escuelas Públicas de Chicago (CPS, por sus siglas en inglés), Johnson dijo que hay una cosa de Chicago que nunca cambiará: “Siempre hay alguien que sabe algo” de los responsables de cometer los delitos violentos.
“Este es un asunto de vida o muerte. Den un paso al frente. Digan algo. De hecho, si saben que hay jóvenes descarriados que han perdido el rumbo, deténganlos. Tenemos oportunidades para ellos”, dijo el alcalde.
“Estoy harto de perder a jóvenes negros a manos de la violencia en esta ciudad. Me apena muchísimo. Tengo un hijo de 16 años y otro de 12. ... No quiero experimentar nunca el dolor de tener que enterrar a uno, y nadie debería hacerlo tampoco”.
Recordó un tiroteo ocurrido anteriormente en el que él y su esposa cayeron al suelo y se arrastraron hasta la habitación de sus hijos mientras ellos gritaban aterrorizados.
“Sólo esperamos no ser el titular [en las noticias]”, recordó. “Y no debe ser así”.
La Policía de Chicago abrirá un centro de asistencia de emergencia cerca del lugar del tiroteo masivo que dejó ocho heridos el fin de semana. El centro funcionará de 3:30 a 7 p.m. el martes en Fosco Park, ubicado en 1312 S. Racine Ave., para cualquier habitante de Chicago que se haya visto afectado por la violencia armada.
Con las miradas del mundo puestas en Chicago para la Convención Nacional Demócrata (DNC, por sus siglas en inglés), Snelling afirmó que el Departamento de Policía tiene planes separados para garantizar la seguridad de la convención, responder a las protestas y hacer frente a la violencia con armas de fuego en los vecindarios.
Snelling señaló que las manifestaciones recientes en Chicago no han desembocado en enfrentamientos violentos con los manifestantes.
“Hemos tenido nuestros altercados”, dijo, “pero nada que haya sido noticia nacional”.
El Superintendente de la Policía de Chicago Larry Snelling y el alcalde Brandon Johnson entran en una rueda de prensa el lunes por la mañana en el cuartel general de la Policía de Chicago, 3510 S. Michigan Ave., para hablar sobre el alto número de tiroteos y asesinatos durante el fin de semana largo del 4 de julio en Chicago.
Anthony Vazquez/Sun-Times
Algunos agentes se están entrenando específicamente para las protestas a gran escala y los posibles disturbios, dijo Snelling. Al mismo tiempo, los funcionarios del departamento están creando un plan por separado “para asegurarse que no estamos tirando de los recursos que son necesarios para mantener nuestros vecindarios seguros”.
Sus comentarios se realizaron después de dos fines de semana violentos en los que los recursos policiales se vieron desbordados por el Desfile Anual del Orgullo y la carrera de NASCAR de este fin de semana en el centro de la ciudad. A algunos agentes se les cancelaron los días libres durante ambos fines de semana, continuando con una práctica controvertida que Snelling se ha comprometido a reducir.
El lunes, dijo que el número de días libres cancelados se ha reducido significativamente bajo su mandato.
“No es cancelar días libres sólo por cancelar días libres”, comentó. “Es asegurarnos que nuestros agentes tienen suficiente personal ahí afuera para hacer frente a la situación en cuestión y asegurarse de que mantienen baja la violencia.
Los mantiene a salvo, mantiene a salvo a todos los que les rodean, mantiene a salvo a la ciudad”.
A pocas semanas que se realice la convención, Johnson también hizo un llamado a los gobiernos estatal y federal para que presten más ayuda en la lucha contra el crimen. Los federales, dijo, deben detener el flujo de armas ilegales y proporcionar más dinero para el apoyo a las víctimas, así como lo que denominó “botas sobre el terreno”, como interruptores de la violencia.
“¿Recuerdan el tiroteo masivo que ocurrió en Highland Park y todos los servicios que recibieron? Eso es lo que pedimos. Eso es todo”, dijo el alcalde. “Lo que otros lugares suburbanos reciben en todo el país cuando se producen tiroteos masivos como ése, simplemente estamos diciendo que Chicago también se lo merece”.
Ante la violencia que se desató en las calles de Chicago durante el fin de semana festivo, se le preguntó a Johnson si tiene sentido celebrar la carrera callejera de NASCAR ese mismo fin de semana el año que viene, aunque el contrato de la Municipalidad con la NASCAR bloquea esa fecha al menos un año más, con dos años de opción después.
“Fueron fechas que heredamos [de la administración de Lightfoot]”, dijo Johnson. “Seguiremos evaluando cómo este fin de semana en particular para la NASCAR beneficia mejor a la gente de Chicago”.
Después de la carrera de debut del año pasado, Johnson renegoció el contrato que heredó para exigir a la NASCAR que pagara a la Municipalidad $2 millones para cubrir el costo de las horas extras de la policía.
Snelling dijo que tenía “un número significativamente menor de agentes” destinados a cubrir la carrera, en comparación con el año pasado.
“Reconocimos que teníamos un nivel de seguridad en ese evento en el que no necesitábamos tantos agentes, así que pudimos reducirlo este año. Y seguiremos haciéndolo”, dijo Snelling, sin ofrecer cifras concretas.
Tras un jueves increíblemente violento en la ciudad, Snelling dijo que “analizó todo lo que ocurrió” el 4 de julio, incluidas las “horas y el momento” de la ola de crímenes.
“Cuando vemos este tipo de violencia que se produce, hacemos ajustes repentinos”.
Contribuyó: Andy Grimm
