El 20 de agosto de 2023, las futbolistas de la selección española lograron ganar el primer Mundial femenino, marcando un hito en la historia del deporte. El movimiento ‘Se acabó’ posterior por el beso sin consentimiento que Luis Rubiales dio a Jennifer Hermoso durante la celebración empañó el contexto deportivo, pero dio un foco social al grupo de jugadoras que se habían ganado la admiración de millones de personas. “Es la oportunidad de hacer limpieza y empezar algo nuevo”, decía Vero Boquete, una de las impulsoras.
Con el primer título de la selección femenina de fútbol llegó el clímax de las audiencias. Acostumbradas a hablar del millón de espectadores como un récord, las futbolistas fueron respaldadas ese día por 5,6 millones de espectadores de media y un 65,7% de la cuota de pantalla. El dato corroboró la repercusión de ese Mundial femenino de fútbol en la sociedad española. En las semanas posteriores la pregunta era clara: cómo aprovechar el impacto para el crecimiento económico del sector.
Ser valientes en el marco de un cambio de paradigma, visibilizar el fútbol femenino, darle valor económico y mantener a los distintos sectores unidos eran algunos de los objetivos que los expertos señalaron. Esto se ha notado en las audiencias y en el creciente número de licencias federativas. Por el contrario, la Liga F ha vendido jugadoras importantes a otras ligas con mejor atractivo económico para ellas, la renovación del convenio colectivo sigue estancada meses después, y la RFEF no termina de construir un proyecto atractivo, habiendo perdido en pocos meses a su apuesta para la dirección deportiva, Markel Zubizarreta.
Las últimas cifras de licencias facilitadas por el Consejo Superior de Deportes (CSD) reflejan un enorme crecimiento en las dos últimas temporadas. El impacto del Mundial femenino de fútbol sobre el deseo de niñas y mujeres de practicar fútbol en España se verá detenidamente en las licencias de 2024, pero un aumento del 23% en 2023 respecto a 2022 denota una significativa mejoría. Por primera vez hay más de 100.000 mujeres federadas en fútbol en España.
La visibilidad de las mujeres en el fútbol con el éxito del Mundial coincide con el surgimiento de referentes. Según la XVIII Encuesta Adecco, Alexia Putellas sería la jefa ideal de las niñas preguntadas por detrás de la cantante Aitana. Además, el porcentaje de niñas que quieren ser futbolistas de mayores (3,8%) es similar al de las que desean ser (3,8%) cantantes (3,8%) o actrices (3,2%).
Los 5,6 millones de espectadores durante la final del Mundial femenino de fútbol no fueron la única cifra récord del torneo. Estos han seguido coleando con la disputa de los Juegos Olímpicos. En apenas un año, la selección femenina ha pasado de no ser visible en las principales cadenas de RTVE a normalizar en La 1 cifras que se aproximan a los dos millones de espectadores de media.
“Los ojos del mundo están puestos en España, la gente se pregunta qué hay detrás de las jugadoras que todos conocen”, decía el director general de Desarrollo y Planificación Estratégica de la Liga F, Pedro Malabia, escasos días después de que España ganara el Mundial femenino de fútbol. Y esa atención se ha traducido en una fuga de talento hacia destinos más atractivos económicamente como Estados Unidos o Inglaterra.
En el último año, además de la salida del entrenador campeón de Europa, Jonatan Giráldez, se han marchado a otras ligas jugadoras de renombre como Mariona Caldentey, Oshoala o Mayra Ramírez.
Las condiciones económicas que ofrecen a las futbolistas en otras ligas europeas, así como en Estados Unidos o México –donde ya estaban Jenni Hermoso, Esther o Maitane– pone el foco en las condiciones laborales. En el inicio de la liga de 2023 ya realizaron una huelga por conseguir mejoras salariales que finalizaron con un acuerdo, pero no con la firma de la renovación de un I Convenio Colectivo que lleva meses estancado en negociaciones.
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