Del puñado de buenos indicios que dejó el debut de
Hansi Flick en
Mestalla no se ha destacado demasiado un detalle que no fue menor y que puede ser un factor clave para la temporada.
Eric García saltó al terreno de juego, a falta de 20 minutos, para reemplazar al debutante
Marc Bernal y situarse como mediocentro. Y lo bordó. El central de Martorell aúna muchas virtudes que debe tener un mediocentro del Barça, y que no se han visto desde la marcha de
Busquets.
Eric tiene buen pie, un primer toque preciso, da el pase fuerte y sabe mirar la mejor opción ya antes de recibir. Además, su pase vertical, al pie o al espacio según la necesidad, gusta mucho al técnico alemán. En este sentido, y en ser más rápido de cabeza y de piernas que
Christensen, no sería nada extraño que durante la presente temporada viésemos en más ocasiones al danés de central y al de Martorell en la zona media. Las conexiones constantes entre
Eric y
Pedri, para la salida de balón, montaron un festival final ante un Valencia que iba persiguiendo sombras. Eric puede ser un gran fichaje de una temporada con pocas caras nuevas. Él parece otro. Tres factores han mejorado su autoestima futbolística desde que se fue cedido hasta su vuelta: el temporadón en el Girona, el rodaje y la seguridad que da jugar siempre y la medalla de oro olímpica, donde fue titular junto a
Cubarsí. Mientras
De Jong se recupera,
Bernal sigue su progresión estratosférica y
Casadó se convierte en pulmón del equipo,
Eric puede ser feliz jugando de
Busi. Si disfruta como mediocentro, y al placer de rascar en el corte, le suma su capacidad de penetrar y dividir, será un gran negocio. Y
Hansi Flick lo intuye.
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