En medio de una de las crisis económicas más devastadoras de la historia reciente de Venezuela, un grupo de ciudadanos encontró en el videojuego RuneScape una inesperada salvación económica. Este juego de rol multijugador masivo en línea, lanzado en 2001, se convirtió en una fuente de ingresos vital para miles de venezolanos que, ante la hiperinflación y la escasez de alimentos y medicinas, recurrieron al "gold farming" para ganar dólares estadounidenses.
El “gold farming” consiste en recolectar monedas de oro dentro del juego y venderlas en plataformas externas a cambio de dinero real. Esta actividad, que en otros países podría considerarse un pasatiempo, en Venezuela se convirtió en una forma de subsistencia en medio de la adversidad. A medida que la economía del país colapsaba, la dependencia de este método de generación de ingresos se incrementó, afectando tanto la economía del videojuego como las relaciones entre los jugadores de diferentes países.
El auge del "gold farming" en RuneScape comenzó a notarse a partir del 2013, cuando la crisis económica en Venezuela empezó a agudizarse. Con la moneda nacional perdiendo valor diariamente y el acceso a alimentos y medicinas cada vez más restringido, muchos venezolanos vieron en este videojuego una oportunidad para sobrevivir. Los jugadores dedicaban largas horas a recolectar monedas de oro virtuales, las cuales podían vender en sitios web especializados por sumas de dinero que, aunque modestas, representaban una fuente constante de ingresos en dólares.
Este proceso no era sencillo. Los jugadores enfrentaban múltiples obstáculos: desde la competencia feroz con otros usuarios hasta el riesgo de ser detectados y sancionados por los desarrolladores del juego. Las cuentas de los “gold farmers” podían ser bloqueadas si se descubría que violaban las normas del juego, lo que representaba una pérdida significativa tanto de tiempo como de dinero.
Además de la dedicación y la habilidad en el juego, los venezolanos tuvieron que desarrollar estrategias para maximizar sus ganancias, como especializarse en la recolección de objetos valiosos o en la participación en actividades que ofrecieran mayores recompensas. Este esfuerzo permitió a muchos ganar entre 100 y 200 dólares mensuales, una cifra considerable en un país donde el salario mínimo apenas alcanzaba para comprar alimentos básicos.
La masiva presencia de jugadores venezolanos en RuneScape no pasó desapercibida en la comunidad global del juego. A medida que más venezolanos se unían al “gold farming”, la economía virtual del juego comenzó a experimentar desequilibrios. El aumento en la oferta de oro y objetos valiosos provocó una caída en su valor, afectando a otros jugadores que también dependían del comercio dentro del juego para obtener beneficios.
Esto generó tensiones entre los jugadores venezolanos y los de otras nacionalidades, especialmente los estadounidenses. Estos últimos veían con descontento cómo los venezolanos “inundaban” el juego, lo que afectaba tanto la economía interna de RuneScape como su propia capacidad para comerciar. Esta situación escaló en 2019, cuando un apagón masivo en Venezuela dejó sin electricidad a gran parte del país, provocando la ausencia temporal de jugadores venezolanos.
Durante esos días, algunos jugadores estadounidenses aprovecharon la oportunidad para organizar una “cacería” en el juego, con el objetivo de evitar que los venezolanos retomaran sus actividades de “gold farming” una vez restablecido el servicio eléctrico. Sin embargo, los jugadores venezolanos, al recuperar la conexión, lograron resistir los ataques y mantener su presencia en el juego, en lo que se conoce como una de las batallas más recordadas de la historia de RuneScape.
Tras los eventos de 2019, los desarrolladores de RuneScape decidieron implementar bloqueos masivos a cuentas venezolanas, bajo el pretexto de que violaban las reglas del juego y afectaban negativamente la experiencia de los demás jugadores. Este bloqueo marcó el fin de una era para muchos venezolanos que dependían del “gold farming” para sobrevivir, y la rentabilidad de esta práctica comenzó a disminuir drásticamente.
Aunque algunos jugadores venezolanos continúan practicando el “gold farming” en RuneScape, esta actividad ya no tiene el mismo impacto ni la misma rentabilidad que antes. Las medidas de seguridad impuestas por los desarrolladores, junto con la depreciación de los objetos virtuales dentro del juego, han hecho que el número de personas dedicadas a esta práctica se reduzca significativamente. No obstante, para algunos, sigue siendo una fuente de ingresos complementaria en un país donde las oportunidades laborales siguen siendo limitadas.
El “gold farming” es una práctica en la que los jugadores de videojuegos en línea, como RuneScape, recolectan grandes cantidades de monedas de oro virtuales dentro del juego y luego las venden a cambio de dinero real en plataformas externas. Esta actividad implica dedicar largas horas a tareas repetitivas dentro del juego, como completar misiones o recolectar recursos valiosos, con el fin de acumular oro que otros jugadores están dispuestos a comprar para avanzar más rápido en el juego.
En RuneScape, el “gold farming” se convirtió en una fuente crucial de ingresos para muchos venezolanos durante la crisis económica, ya que les permitía obtener dólares estadounidenses en un contexto de hiperinflación y escasez en su país. Aunque esta práctica está prohibida por los términos de servicio del juego, la necesidad económica impulsó a muchos a participar en ella, haciendo de RuneScape una herramienta de supervivencia en tiempos difíciles.
