“Gloria al bravo pueblo” corearon miles de personas en los mítines realizados dentro de Venezuela y en las capitales donde también se desarrollaron estas muestras de respaldo a la lucha que vienen llevando a cabo, desde que el 28 de julio pasado les fue arrebatada la victoria en las urnas. Nicolás Maduro tuvo que recurrir a un patético fraude para buscar permanecer otros cinco años al frente del Gobierno. Pese a que fue derrotado largamente por Edmundo González –con el apoyo de María Corina Machado–, se negó a reconocer su derrota, aun cuando la instancia electoral copada por el chavismo hasta el momento no ha podido exhibir las actas con los resultados. Por último, ha llevado el reclamo por el fraude a la instancia judicial, que también tiene copada con sus simpatizantes.
El régimen dictatorial de Maduro persigue, detiene y asesina a quienes protestan por el robo en las elecciones. No ha logrado, sin embargo, acallar a un pueblo que ya ha tenido suficiente con 25 años de chavismo y que quiere ejercer su derecho a la libertad y al respeto de sus decisiones soberanas.
Ese fue el sentido del respaldo popular multiplicado en las voces de protesta en el mundo entero. El respeto a los resultados alcanzados por la oposición en Venezuela y el fin del oprobioso Gobierno de Maduro, Diosdado Cabello y tantos otros funcionarios enquistados en el poder en el país llanero.
Este es un respaldo a las gestiones diplomáticas que buscan un camino hacia la libertad para los venezolanos y que no deben ceder ni debilitarse. Es un momento de prueba para la democracia como sistema de gobierno y de renovación de la esperanza en valores supremos como la libertad y la dignidad.
