Viajar en avión es una experiencia emocionante y una de las formas más rápidas y eficientes de desplazarse, pero no está exenta de desafíos, especialmente cuando se trata del equipaje de mano. A menudo, los pasajeros se encuentran con dificultades relacionadas con las dimensiones y el peso permitidos, además de las distintas restricciones impuestas por las aerolíneas.
Así, estos problemas pueden generar incertidumbre y complicaciones en el proceso de embarque, como la falta de espacio en los compartimentos superiores o la necesidad de facturar el equipaje en la puerta de embarque. Además, las restricciones de seguridad y las diferentes políticas entre aerolíneas pueden causar confusión y frustración, complicando lo que debería ser un proceso sencillo. Cuestiones que, además, pueden generar retrasos o, incluso, cargos adicionales en el viaje.
En este sentido, con el objetivo de abordar esta problemática, el Parlamento Europeo ha tomado cartas en el asunto y, a partir del 1 de septiembre de 2024, entrarán en vigor cambios significativos en la política comercial de las compañías respecto al equipaje de mano, algo que afectará tanto a las medidas del mismo como a la cantidad de líquido permitida a bordo.
El pasado 31 de julio, la Oficina de Movilidad y Transporte de la Comisión Europea afirmó que a partir del 1 de septiembre entrarían en vigor algunas "restricciones" al control de líquidos en los aeropuertos de la Unión Europea.
En este sentido, uno de estos cambios será para las terminales que cuenten con equipos EDSCB, es decir, con sistemas de detección de explosivos en equipajes de mano. Por norma general, el Reglamento de Seguridad de la Aviación de la Unión Europea señala que los viajeros no pueden portar aerosoles, líquidos y geles en cantidades superiores a los 100 ml, ya que las máquinas tradicionales de seguridad de rayos X no pueden detectar con eficacia los materiales líquidos explosivos.
Sin embargo, en las terminales aeroportuarias que contaban con equipos EDSCB en sus controles, esta cantidad se incrementaba, permitiendo a los viajeros llevar consigo recipientes de más de 100 ml. No obstante, tal y como señaló la Eurocámara, esta ventaja desaparecerá a partir del 1 de septiembre, ya que los aeropuertos que cuenten con estos dispositivos especiales tendrán que adaptarse a la normativa común y al tamaño máximo permitido: 100 ml. A pesar de ello, la Unión Europea ha señalado que esta medida se aplicará de forma "temporal".
La Ley de Navegación Aérea establece que el equipaje de mano debe estar incluido en el precio del billete, pero no especifica dimensiones ni peso, lo que deja a las aerolíneas la libertad de imponer sus propios límites, algo que a menudo genera confusión entre los usuarios.
Según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), las medidas estándar para el equipaje de mano son de 55 cm x 35 cm x 20 cm, aunque no hay recomendaciones claras sobre el peso. Las aerolíneas de bajo coste suelen permitir hasta 8 kilos. No obstante, la Comisión Europea plantea que las dimensiones permitidas para el equipaje de mano sean de 55 cm x 40 cm x 20 cm, con un peso máximo de 10 kilogramos.
Si bien esta polémica continúa abierta, lo recomendable es que, antes de viajar, los pasajeros comprueben las dimensiones de equipaje permitidas en cabina en su aerolínea para que, a la hora de emabarcar, no haya sorpresas y el viaje se pueda desarrollar en las mejores condiciones. Al menos hasta que la Unión Europea consiga regular lo que a las medidas del equipaje de mano se refiere.
