Veinte años y cuatro días después Rudy Fernández volverá a disputar un partido en los Juegos Olímpicos haciendo realidad un deseo de su padre que falleció en mayo de 2022. El capitán de la selección, ya 263 partidos con España, se convertirá hoy ante Australia en el primer jugador en la historia del baloncesto que disputa seis Juegos. Debutó el 23 de julio de 2004 en Atenas, en un grupo que dirigía Mario Pesquera, y que se estrelló en cuartos con la inspiración desde la línea de tres del estadounidense Stephen Marbury después de haber cuajado un torneo perfecto. Luego llegaron la plata en Pekín, la plata en Londres, el bronce en Río y la despedida a sus amigos Pau y Marc en Tokio.
Rudy y España llegan al torneo en un escenario desconocido desde que el mallorquín es internacional. En los rankings previos el techo de la selección son los cuartos de final. Y es que en la primera fase esperan Australia, bronce en Tokio, la Grecia de Antetokounmpo y Canadá, bronce en el pasado Mundial. Y así lo ve el seleccionador: «El punto de partida puede ser una previsión que nos da alejados de las medallas y lo que tenemos dentro nosotros es que muchas veces ha sido así; y efectivamente, entendemos las razones. El análisis uno a uno de los jugadores de los equipos a los que nos enfrentamos dice que nuestros rivales están cualificadísimos. Pero, por otro lado, cada uno de nuestros jugadores, siguiendo el ejemplo competitivo de jugadores como Rudy y Sergio Llull, van madurando o han madurado una capacidad de poder maximizar los recursos; llegar a minimizar la distancia entre uno y otro; y llegar a tener un punto de cohesión y de capacidad de sufrimiento durante el partido. Y de fe en que cada partido hay que competirlo y que se puede ganar».
Rudy aplica la receta del seleccionador apelando al «partido a partido». «Ahora afrontamos tres finales. Es un grupo complicado, pero hay que intentar rascar algo para poder vivir los Juegos en París que es donde se vivirá el auténtico ambiente olímpico», dice Rudy.
El debut será en un estadio de fútbol –el Pierre Mauroy de Villeneuve d’Ascq, en las afueras de Lille– y a las once de la mañana ante los «aussies». Pero el recuerdo del escenario no puede ser mejor. Allí se proclamó España campeona de Europa en 2015 con la legendaria actuación de Pau Gasol (40 puntos) en semifinales ante los anfitriones. «Hemos tenido la opción de volver al campo y me vienen muchos recuerdos de ese torneo. Y siempre que veo este campo me acuerdo de Pau», asegura Rudy.
El propio Pau, antes de la ceremonia, se acordó de sus excompañeros en TVE: «La unidad, la cohesión y el espíritu competitivo son factores que pueden ayudar a España en un sistema de competición complicado».
La dimensión del potencial de Australia, más allá de una plantilla en la que hay de todo, lo da su reciente partido de preparación en Abu Dabi ante Estados Unidos. El «USA Team» sólo fue capaz de imponerse por 98-92. El base Patty Mills, con 35 años y campeón de la NBA en 2014, es el Rudy de los «aussies».
