La reducción de jornada tendrá un coste de más de 15.300 millones para las empresas, con un impacto medio en las cuentas para una sociedad tipo española de más de 84.000 euros. Bajo este supuesto, el Consejo General de Gestores Administrativos de España ha hecho el cálculo sobre una plantilla tipo de cuatro empleados que trabajan a jornada completa y uno de ellos que trabaja media jornada, en una semana laboral partida de 40 horas. Teniendo en cuenta las 12 horas en las que debe de producir, por ejemplo una fábrica, tendría que haber tres personas a la vez en la empresa trabajando, con lo que al considerar las doce horas de apertura diaria por cinco días a la semana y tres personas de forma permanente atendiendo las necesidades de la empresa, los analistas de los gestores calculan que se precisan 180 horas a la semana para cumplir con el trabajo.
Si se dividen estas 180 horas entre 40 horas semanales por persona, la empresa precisaría 4,5 personas, cuatro a jornada completa y una a media jornada. El estudio trabaja sobre la base de que cada empleado cobra el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) de 15.876 euros al año, ascendiendo los costes sociales a 1.748 euros por año y trabajador, con lo que cada contrato laboral tiene un coste para la compañía de 17.624 euros al año, resultante de sumar el salario anual más los costes sociales. Al multiplicar este importe por 4,5 personas, la cifra anual se eleva a 79.308 euros al año de costes laborales para la empresa tipo española. De esta manera, si la semana laboral se reduce a 37,5 horas, el número de trabajadores que se precisarían sería de 4,8 personas, lo que significa que el contrato de uno de los trabajadores pasará de media jornada a un 80% de jornada.
A partir de ahí, los gestores han multiplicado el coste por contrato completo, 17.624 euros anuales, por 4,8 contratos, con lo que el resultado asciende en este caso a 84.595,2 euros de costes laborales anuales totales. En este contexto, "el coste para esta empresa tipo se habrá visto incrementado en 5.287,2 euros al año, un 6,7% más que antes de la reducción". Al multiplicar esta cifra en números redondos por 2,9 millones de empresas, el incremento será de 15.332,9 millones de euros para todo el tejido productivo, por lo que "cada media hora de reducción de la jornada tendría un impacto para las empresas de unos 3.000 millones de euros".
Para Fernando Jesús Santiago Ollero, presidente del Consejo, este es un "cálculo de mínimos", ya que habría que considerar "que habría más vacaciones, por lo que se tendrían que cubrir más horas que no hemos tenido en cuenta. Es difícil encontrar empresas que paguen a todos sus trabajadores el SMI, por lo que, insisto, estamos hablando de una cantidad mínima".
Además, señala que la reducción de la semana laboral "puede producir otros efectos", como que se incrementen las horas extraordinarias, convirtiendo éstas como un "sustituto perfecto" de las horas ordinarias, al tiempo que se podría producir en algunos sectores un "incremento de la economía sumergida", en aquellos casos donde los controles horarios y la monitorización por parte de la inspección no hagan posible sustituir la masa de horas ordinarias faltantes en extraordinarias.
En este sentido, Santiago augura un impacto negativo sobre la productividad por hora efectiva de trabajo y avisa de que, en algunos casos, podría llevar al "despido de empleados" si hubiera automatización de tareas. "El resultado final no sería bueno para nadie", ha remarcado, antes de reclamar a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y al propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que "si quieren reducir la semana laboral, compensen a las empresas este sobre coste, bien con menos cotizaciones sociales o bien ajustando el SMI".
