El astro venezolano
Johan Santana, quien este viernes fue anunciado como el nuevo integrante del Salón de
la Fama de los Mellizos de Minnesota, confirmó al diario
St. Paul Pioneer Press, al comentar la noticia, que todavía no ha decidido colgar los spikes, pese a los problemas físicos que ha atravesado en los últimos siete años.
El Gocho fue operado de la cápsula anterior del hombro izquierdo en 2010, perdió todo 2011 y regresó en 2012 con un juego sin hits para los Mets, pero volvió a lesionarse la cápsula y desde entonces no ha lanzado en las mayores.
Su último juego oficial fue en enero de 2015, con los Navegantes del Magallanes, cuando volvió a sufrir un retroceso.
Antes de eso, trabajó con regularidad en las menores de los Orioles de Baltimore en 2014, pero sufrió la rotura del Tendón de Aquiles cuando hacía su última presentación en Triple A, antes de completar su rehabilitación y ser subido a las Mayores.
“No estoy oficialmente retirado”, le dijo Santana al periodista Mike Berardino, del Pioneer Press. “Todavía estoy pensando sobre un nuevo intento de regresar. Sólo el tiempo dirá”.
El merideño admitió estar tocado por su inclusión al pabellón de los inmortales en la organización donde más brilló.
“Es un gran honor, luego de todos esos años”, comentó. “Yo comencé con nada. Todo lo que logré conseguir se debió a los Mellizos de Minnesota”.
“Si puedo regresar”, agregó el zurdo, “quiero que sea para retirarme en mis propios términos, sin tener que hablar de lesiones”.
Santana admitió que no trató de lanzar con los turcos en la LVBP en esta zafra, porque no sintió que el estado de su hombro le “permitiría competir a ese nivel”.
La charla con Berardino incluyó muchos recuerdos y, por primera vez, la admisión de que el no-hitter con los Mets, apenas tres meses después de reaparecer, pudo ser causa de su regreso al quirófano y de esta larga ausencia que vino a continuación.
“Es una pregunta difícil”, reconoció. “Depende de cómo lo veas. Cuando estoy en el morrito, sólo compito. Todo el mundo culpa ese juego, pero fue una mezcla de muchas cosas”.
Santana citó el motivo de su éxito, más allá del mortífero cambio de velocidad que le enseñó el coach Bobby Cuellar, y que llegó a ser el lanzamiento más efectivo en la MLB: “Nunca me cansaba. Siempre quería más y más y más. Esa fue la clave de todo”.
