La rodonita, conocida como la piedra preciosa de la amistad, es valorada por su belleza y por sus propiedades espirituales. Sin embargo, es de suma importancia saber cómo activarla para disfrutar de sus beneficios.
Esta gema rosa con vetas negras tiene un impacto significativo en las relaciones humanas, promoviendo el amor y la conexión entre amigos.
La rodonita, con su distintivo color rosa y vetas negras, es más que una piedra decorativa; es un símbolo de la amistad y un apoyo en la creación de vínculos sólidos.
Según la naturópata Vilma Montoliu en un artículo de Cuerpo Mente afirma que su color rosado está asociado con el amor y la compasión, motivando a la amabilidad y al perdón, mientras que el veteado negro, resultado del manganeso en su composición, la distingue de otras piedras similares.
Su tonalidad rosada promueve la amabilidad y el perdón, mientras que el veteado negro es único (Fuente: Wikimedia Commons - Carles Millan)
Esta piedra preciosa opaca actúa como un equilibrante emocional. Se dice que la rodonita tiene efectos sedantes similares a los de una conversación cálida con una amiga cercana.
Según un estudio de la Universidad de Harvard sobre la amistad, las relaciones positivas son clave para una vida plena y alegre, y la rodonita refleja este impacto al promover la calma y aliviar tensiones en el cuerpo y la mente.
Esta piedra preciosa ayuda a aliviar tensiones y promueve la tranquilidad, respaldada por estudios sobre relaciones positivas (Fuente: Unsplash)
La rodonita es un talismán valioso en momentos de duelo o traumas emocionales: su presencia cercana te recuerda el proceso de sanación y te anima a seguir adelante, apreciando el progreso alcanzado.
Equilibrante y reconstituyente, esta piedra te aporta dulzura y ternura, potenciando tu lado femenino y favoreciendo una perspectiva más ecuánime en tu camino emocional.
Para que la rodonita mantenga su energía espiritual y continúe siendo una fuente de equilibrio y apoyo emocional, es importante activarla y cuidarla adecuadamente. A continuación, te dejamos algunos consejos para hacerlo:
Pasá la rodonita por agua de vez en cuando para eliminar cualquier energía acumulada.
Secala con un trapito suave para mantenerla en buen estado.
Si tenés una amatista o algún cuarzo, colocá la rodonita cerca de estas piedras. La energía limpia y positiva de las amatistas y cuarzos ayudará a recargar la rodonita, potenciando sus propiedades.
Mantenela en un lugar seco y evitá exponerla a productos químicos que puedan dañar su superficie.
