Hay noticias que te cambian la vida y no son siempre para bien. Si no que se le digan a Rosa María , una mujer catalana de 83 años que desde hace un tiempo padece una ceguera absoluta que ha condicionado parte de su vida y que, ahora, se verá obligada a abandonar el que ha sido su hogar desde hace más de una década por culpa del propietario del edificio. Durante toda su vida, Rosa María ha vivido en el barrio de Gràcia , en Barcelona , y en los últimos años reside en un piso de alquiler, situado en la calle Pare Laínez. A pesar de su ceguera , esta catalana ha aprendido a sobrevivir en su hogar sin necesidad de ayuda : conoce a la perfección todos los rincones de su piso y es capaz de vivir de forma autónoma. Sin embargo, la estabilidad de esta anciana catalana está a punto de estallar. Hace un mes y medio, la mujer recibió un burofax del propietario del edificio donde vive en el que le anunciaban que no le renovaban el alquiler del piso y que tenía cuatro meses para encontrar un nuevo hogar. Lo mismo le sucedía a los vecinos de las seis viviendas del bloque en el que residen, cuya estancia caduca el próximo 3 de octubre , pues el propietario ha puesto el edificio a la venta . Rosa María ha denunciado esta situación que vive en 'El contenidor' de RAC1 , donde ha explicado las circunstancias que complican su salida del piso. Ella reside sola en la vivienda de la calle Pare Laínez desde hace unos tres años, cuando decidieron ingresar a su marido está en una residencia para personas mayores. «Tenía muchos problemas de salud y, con mi ceguera, yo no podía cuidarlo», ha contado la mujer, que comenzó a perder visión hace unos veinte años y que ya no puede ver nada. La inquilina tenía la intención de quedarse «para siempre» en la vivienda , pues ya había aprendido a moverse con autonomía por la casa a pesar de su ceguera. «Me oigo acompañada por la gente que me rodea y me conocen, me sé todos los rincones de este piso y puedo hacer una vida bastante autónoma », ha contado la mujer, lamentando que su salida del piso puede suponer la pérdida de su independencia. Renegociar el alquiler ─ella paga unos 600 euros mensuales y consigue llegar a fin de mes pidiendo «ayudas para el alquiler» ─ no parece una opción para ninguno de los vecinos, según ha contado Rosa María. De hecho, el propietario del edificio, Madurell Martí, quiere echarlos para vender todo el edificio al grupo inversor Palau & Manfredi . En RAC1, la mujer catalana ha contado que previamente había recurrido a los servicios sociales del Ayuntamiento, que le enviaron una abogada para estudiar su caso. «La solución que me dio fue esperar una vivienda social , pero a los que yo puedo optar todavía se tienen que empezar a construir », ha explicado sobre las posibles salidas a este entuerto. El Sindicato de Inquilinas y el Sindicato de Vivienda de Gràcia es quien lleva adelante el caso de Rosa María y sus vecinos, que afecta ya a más de 50 familias . Y es que este mimo burofax lo han recibido también los inquilinos de hasta ocho bloques diferentes del barrio barcelonés, cuyas viviendas también se han visto afectadas por esta venta de edificios. Se trata de un caso complicado de afrontar, pues «es muy difícil luchar contra estas empresas porque no son de aquí y les importa muy poco su imagen ante las vecinas de Gràcia o de Barcelona». Además, desde el sindicato han criticado la posición del grupo inversor Palau & Manfredi, que lo único que busca es « sacar rédito económico y especular con un derecho esencial como es el de la vivienda».
