¿Quién es quién? En qué hora y momento. El germen nace y se hace. Se mece uno en la dormidera del tiempo cuando chavea, y es tierno. Pablo Victoria colombiano de nacimiento de alma imbricada española. Doctor, catedrático universitario, senador o parlamentario, miembro de la Academia Bolivariana de Historia y tanto más, qué más da. Hay quien queda en la memoria de los vivos. Pablo Vitoria, añejó, valiente, al calor de los suyos, los amó como manantial que no cesa. Pasajero finito, inagotable, honesto y recto, respetado. Pionero valiente. Denunciante de genocidios, el de Bolívar. Desenmascaró verdades de España e Inglaterra. Arreció memorias, la de Blas de Lezo o la del Virrey de España, que hicieron amar a Cartagena, la de las Indias. Hizo crepitar mares y océanos, levantó almas contra leyendas negras inicuas e indignas. Armó verdades silenciadas, caballero de armadura denodada, amorosa, tenaz y confitada. Unió mundos a ambos lados del Océano Atlántico. Ha marchado leve, tras transitar ruidoso, heroico. Envuelto en las últimas, a la escucha, del aplauso tierno, de la admiración obcecada, de quienes le han querido y quieren, familia, audiencia y amigos. A ti, por siempre querido amigo Pablo Victoria
