Pese a llevar más de tres años fuera del octágono, Conor McGregor continúa levantando pasiones allá por donde pasa; una superestrella a quien la inactividad no le resta popularidad, es un fenómeno de masas y cualquier pequeña posibilidad de ver en carne y hueso al doble excampeón de la UFC es aprovechada por los aficionados para hacer acto de presencia. Además, el propio McGregor se encargó se 'reventar' las puertas del Hotel Hard Rock de Marbella, al hacer una publicación en Instagram donde invitaba a acudir allí, aunque tuvo que borrarla porque realmente era un evento privado. Después de presentar el desembarco de la compañía de boxeo sin guantes de la que ahora es co-promotor, cuyo primer evento tendrá lugar en Marbella el próximo 12 de octubre, atendió a los medios españoles, sin esquivar las preguntas, especialmente la de ABC, que ha logrado generar el titular principal de la jornada: «¿Ilia Topuria? Plas, plas, plas. Le abofeteo la cabeza y le mando de vuelta a Georgia» . Entró así McGregor en la guerra que todavía no era la suya, más bien del propio Topuria, quien lleva levantando la voz para que The Notorious entrase en la batalla mental, para crear interés por un combate que cada vez parecía estar más lejos, y seguramente lo siga estando, pero que al menos ya cuenta con un enfrentamiento dialéctico, puesto que El Matador aprovechó la jugada para replicar rápidamente a través de 'X' -antiguo Twitter- al irlandés: «¡Dedo meñique! Bienvenido a mi casa, es genial verte trabajar para nosotros. Ven a Madrid y veremos quién abofetea a quién. Topuria Knuckles para cenar ». Bien es cierto que tuvo alguna palabra más agradable el de Dublín durante la rueda de prensa previa, en la que aseguró que Topuria tenía un gran boxeo, que sería bueno en Bare Knuckle -boxeo sin guantes-, pero que era demasiado «pequeño» para el irlandés, sin especificar si se refería al tamaño o a la popularidad de cada uno, pero en cualquier caso despejando la posible rivalidad entre ellos y sí haciendo un pequeño guiño a que pudiera hacer alguna pelea en la compañía de la que ahora es dueño el irlandés. Durante las preguntas de la prensa española, McGregor afirmó también que aún le restan dos peleas en el contrato que tiene vigente con la UFC y que una de ellas será a «final de año» contra el estadounidense Michael Chandler, por lo que las opciones de, o bien noviembre en el Madison Square Garden si finalmente Jon Jones no peleara, o bien en diciembre en el T-Mobile Arena, ganarían enteros. En cualquier caso, según fuentes consultadas por ABC, el regreso de McGregor podría llegar a posponerse hasta el próximo año . Por otro lado, también a una pregunta realizada por ABC, el dos veces campeón de UFC se mostró ilusionado por el Santiago Bernabéu y no descartó llegar a pelear algún día allí. «Bueno, juzgando por lo que hemos visto hoy, que es una afición muy energética y con mucha emoción por el evento... Juzgando por lo que vimos hace una o dos semanas atrás, en el que unos influencers estuvieron boxeando y 80.000 personas llenaron el estadio, las ganas por la lucha en un combate deportivo son grandes aquí en España. No sé qué nos deparará el futuro, pero yo estaría dispuesto a traer más eventos a España, sin duda», respondió McGregor. Sobre la compañía de Bare Knuckle, McGregor señaló que tienen «grandes eventos y grandes nombres y estrellas en ascenso». «Estamos emocionados de ver lo que traerá la velada del 12 de octubre», afirmó. También quiso poner en valor el combate estelar que tendrá lugar en esa velada, en la que el argentino afincado en Alicante Franco Tenaglia, compañero de equipo del Climent Club de Ilia Topuria, se enfrentará al invicto estadounidense Tony Soto, por el título mundial de peso ligero de BKFC. Por último, McGregor se alegró de la victoria de España en la Eurocopa porque le hizo ganar un millón de dólares, gracias a una apuesta previa al inicio del campeonato. «España hizo una actuación absolutamente estelar durante todo el torneo. Son un equipo increíble, y los animé, sí. Aposté 80.000 dólares y gané un millón», concluyó entre risas y con sus gafas de sol siempre puestas.
