“Quiero que esta entrevista se emita cuando yo me muera”, confiesa Julián Muñoz en su reciente charla con De Viernes , emitida por Telecinco. En esta reveladora entrevista, el ex político comienza con unas palabras de arrepentimiento, dirigiendo sus disculpas “al pueblo de Marbella” y elogiando a Jesús Gil como uno de los mejores alcaldes que la ciudad ha tenido. Muñoz, símbolo de la corrupción política, se vanagloria en la entrevista de cómo vivía en esos tiempos: “No pagaba prácticamente en ningún sitio. Vivía como un marqués”, asegura reconociendo haber acumulado grandes riquezas bajo la dirección de Gil.
Su ascenso en el Ayuntamiento de Marbella le brindó el control sobre Múltiples empresas municipales, lo que, según sus palabras, dio pie a prácticas dudosas. Julián Muñoz describe un entramado corrupto: “Había cuatro o cinco promotores que eran los que ponían el dinero”, revelando un sistema donde el dinero cambiaba de manos a cambio de favores políticos. “O te daban un dinero determinado para hacer el convenio o un cambio de la licencia”, explica, ofreciendo una visión escalofriante de cómo la corrupción estaba arraigada en la administración local.
Una forma de ganar dinero fácil era “construir un edificio te dejaba una planta de tres o cuatro pisos (gratis). Luego vendías a precio de mercado, habiéndote costado cero”. Este sistema, revela Muñoz, le permitiría ganar dinero creaba un ambiente de impunidad que facilitaba el desvío de fondos y recursos públicos.
Durante su mandato, Muñoz también conoció a Isabel Pantoja, con quien confiesa haber tenido una gran atracción física. Relata sin tapujos momentos íntimos de su relación, incluyendo la primera vez que compartieron un “meneo”. A pesar de ello, reconoce y lamenta el daño que causó a su exmujer, Maite Zaldívar. “Estaba completamente encoñado”, afirma Julián, al recordar sus primeros encuentros con la cantante. “Nos teníamos ganas, había atracción física… Era una obsesión, como a los 20 años”, detalla.
Sin embargo, esta relación le costó caro. “Isabel Pantoja me costó 90 millones de euros. Fue mi perdición”, admite, lamentando decisiones financieras drásticas impulsadas por su devoción. Reconoce haber perdido “la olla” por ella. Su devoción por el artista lo llevó a cometer decisiones financieras drásticas. “Le pagué 40 millones en billetes para que no se fuera a América porque estaba encoñado. Se lo fundió todo”. Durante la entrevista Muñoz dio más cifras sobre todo el dinero que se quedó.
Según Julián Muñoz Isabel se quedó con el dinero de la venta de la venta de sus caballos de pura raza, valorados en 80 millones. Venta que hizo cuando estaba en la cárcel y ella le llamaba sobre todo para pedirle dinero, según las declaraciones de Muñoz. A medida que la relación se deterioraba, la realidad se volvía más cruel. “Cuando salí de la cárcel no tenía nada, se lo había quedado toda ella”, insiste. Destaca cómo de la venta de su casa de La Pera no recibió nada. La casa estaba valorada en 650 millones de pesetas. “No me llevé ni una peseta, ni el estudio de grabación que monté por 60 millones, ni los muebles ni nada”, concluye.
