¿Cómo hago para que el día me alcance? Alguna vez se ha hecho esta pregunta.
Déjeme decirle que no está sola. Conozca la historia de Lucrecia Gutiérrez una relacionista pública que trabaja en una agencia de comunicación.
“Mi lista de pendientes era interminable, salía del trabajo y nunca terminaba, el fin de semana pasaba pensando en todo lo que había dejado sin hacer y así todas las semanas. No me consideraba lenta y tampoco sentía que perdía el tiempo, o al menos no sentía que fuera tanto como para que afectara mi rendimiento… el punto es que el tiempo no me alcanzaba, entonces, decidí ponerle atención a este tema y me interesó averiguar técnicas y recomendaciones para mejorar mi rendimiento y que el tiempo no fuera mi enemigo en el trabajo”, explicó Lucrecia Gutiérrez.
Ella descubrió que la clave no recaía solo en la rapidez con la que realizaba sus acciones o, el nivel de respuesta de otras personas para que las acciones avanzaran… Ella descubrió la importancia de los rituales, sí, los rituales, acciones específicas que hacen la diferencia y que permiten que el día fluya y que, al final de la jornada laboral no termine con dolor de cuello y espalda por estrés, sin haber finalizado las tareas.
Antes de empezar la jornada
Visualización positiva (3 minutos). Antes de empezar, cierre los ojos, respire profundamente y visualice cómo quiere que se desarrolle su día. Este breve ejercicio de enfoque le ayuda a reducir el estrés y a establecer intenciones claras para el día.
Planificación de prioridades (10 minutos). Iniciar con un plan para evitar distracciones y el caos de las multitareas. Haga una lista de sus tareas, priorice las más importantes y defina tiempos específicos para cada una. Esto facilita que se enfoque en lo realmente relevante.
Ejercicio de activación física (5 minutos). Para empezar el día con energía, realice algunos estiramientos básicos de cuello, espalda y piernas. La activación física ayuda a reducir la fatiga y lo prepara para trabajar con mayor energía.
Creación de un ambiente de trabajo (5 minutos). Un espacio ordenado es clave para la concentración. Organice su escritorio, retire cualquier objeto que no necesite y, si puede, abra las ventanas para que entre aire fresco y luz natural. Un ambiente adecuado facilita la productividad y la motivación.
Para lograr una jornada laboral efectiva, es importante cuidar los niveles de concentración y evitar la fatiga mental. A continuación, algunos consejos que le ayudarán a mantenerse enfocado.
Pausas activas (5 minutos cada 90 minutos). Tomar descansos cortos cada hora y media es esencial para despejar la mente. Levántese, estírese y realice un par de movimientos que activen su circulación, como marchar en el lugar o hacer movimientos circulares con los brazos. Estas pausas permiten recuperar la energía y reducir la fatiga, manteniendo la concentración por más tiempo.
Ejercicio de respiración profunda (2 minutos). La respiración profunda ayuda a oxigenar el cerebro y relaja el sistema nervioso, lo que permite recobrar el enfoque en momentos de estrés o agotamiento. Dedique dos minutos a inhalar profundamente por la nariz, retener el aire unos segundos y exhalar lentamente. Esto reduce el estrés y despeja la mente, mejorando la concentración.
Método pomodoro. Este método es excelente para mantener el foco en tareas largas. Consiste en trabajar durante 25 minutos continuos y luego tomar un breve descanso de 5 minutos. Después de cuatro ciclos, puede hacer una pausa más larga de 15-20 minutos. Esta técnica mantiene su atención en tareas específicas y evita el agotamiento.
Evitar distracciones digitales. Apagar las notificaciones y establecer tiempos específicos para revisar correos y mensajes ayuda a evitar las constantes interrupciones. Si es posible, utilice aplicaciones que bloqueen redes sociales o sitios no relacionados con el trabajo durante el horario laboral.
Reflexión y revisión del día (5 minutos). Al final del día, evalúe los logros y pendientes. Esto no solo organiza su mente, sino que también sirve para reconocer sus avances y planear mejor la jornada siguiente.
Desconexión física (5 minutos). Realice una breve rutina de estiramientos para liberar la tensión de cuello, hombros y espalda. Así le envía a su cuerpo la señal de que la jornada laboral ha terminado.
Recogida y cierre del espacio (5 minutos). Ordenar y recoger el espacio de trabajo marca un cierre simbólico de la jornada. Apague todos los dispositivos, guarde documentos y deje el espacio despejado.
Actividad de transición (10 minutos). Cree un pequeño ritual de desconexión para pasar del estado de “trabajo” a “descanso”. Puede ser una caminata, tomar una bebida relajante o leer un libro. Esta actividad es ideal para desconectar y disfrutar plenamente del tiempo personal.
Dedique su tiempo de descanso para desconectar. Revisar correos o notificaciones afecta su capacidad para relajarse y reduce la efectividad al día siguiente.
Dormir bien es esencial para un día productivo. Procure dormir entre 7 y 8 horas, y establezca una rutina de sueño que permita a su cuerpo descansar y reponer energías.
