El político que ha liderado el partido durante los últimos 13 años obtiene el aval de la militancia para seguir cuatro años más, tras batir a la lista de Xavier Godàs que contaba con el aval de Marta Rovira
Junqueras gana con holgura la primera votación pero deberá volver a medirse con Godàs por el liderazgo de ERC
Oriol Junqueras seguirá siendo la persona que lidere ERC en los próximos años. El hombre que ha presidido desde 2011 la principal organización independentista de izquierdas en Catalunya ha conseguido este sábado el aval mayoritario de la militancia para seguir otros cuatro años más. En un complicado congreso que ha implicado hasta dos votaciones y que aún no ha resuelto la fase de ponencias, Junqueras ha conseguido finalmente un 52% de los avales ante Xavier Godàs, el representante de los sectores más cercanos a Marta Rovira, que se han quedado en el 42%.
El periplo que ha tenido que seguir Junqueras para llegar a la reelección demuestra lo agitadas que están las aguas en Esquerra y la urgencia con la que necesitará cerrar las heridas internas a partir de este cónclave. Junqueras ha demostrado superar con claridad a sus rivales en las dos votaciones, pero no ha conseguido arrasar en ninguna de las dos, lo que demustra la división que encontrará el líder reelegido en la formación.
El jefe de los republicanos vuelve a la sala de máquinas tras haberse apartado voluntariamente en junio pasado, con el objetivo de tener las manos libres para hacer campaña. Fue en aquel momento cuando el tándem con Rovira se rompió, ya que la secretaria general era partidaria de un relevo de toda la dirección mientras Junqueras era partidario de seguir.
Ahora el exvicepresident de la Generalitat podrá conducir ERC por primera vez sin necesidad de contrapesos en la dirección y donde, si lo desea, solo necesita contar con su grupo de dirigentes afines, con Elisenda Alamany como secretaria general. Junqueras no ha escondido durante la campaña que su deseo es volver a presentarse a las elecciones como candidato a la presidencia del Govern, aunque por el momento no se le ha aplicado la ley de amnistía.
Confirmado el regreso de Junqueras, en principio los socialistas no deberían temer por sus acuerdos ni en el Congreso ni en el Parlament. Los gobiernos catalán y central cuentan con los republicanos como socios en ambas cámaras y la candidatura vencedora en Esquerra no llega con intención de dar un volantazo en la política de alianzas.
Pese a eso, en la recta final de la campaña Junqueras sí ha enfatizado un perfil algo más crítico respecto al cumplimiento de los acuerdos con PSOE y PSC, dando a entender que no está contento con el actual balance y que será más exigente ante Pedro Sánchez y Salvador Illa. “Tiene que quedar claro que no nos sentaremos a negociar presupuestos con el Partido Socialista hasta que haya cumplido todos los acuerdos que ya ha firmado”, apuntó Junqueras esta semana.
Aunque inicialmente el veterano líder de Esquerra optó por un discurso duro contra sus rivales, Junqueras ha ido rebajando el tono a medida que avanzaba la campaña, consciente de que la militancia de base tiene pánico ante una posible ruptura interna. Si en la presentación de su candidatura habló de “limpiar las heridas antes de curarlas”, unas palabras que generaron estupor también en sus filas, finalmente ha optado por remarcar las semejanzas más que las diferencias con Xavier Godàs.
Aunque por el momento poco se sabe de la dirección que piensa confeccionar Junqueras, la candidatura vencedora, Militància Decidim, cuenta con algunos de los nombres propios más cercanos a Junqueras. Además de la propia Alamany, el líder ha recibido el apoyo de exconsellers como Joan Ignasi Elena o Ester Capella. También cuenta de su lado al líder del partido en el Congreso, Gabriel Rufián, y a la líder en el Parlamento Europeo, Diana Riba. No menos importante es la cercanía que tiene con Joan Tardà, que es además la persona que ha recibido más votos para integrarse en el consejo nacional de ERC, otro de los órganos votados.